Gracias al esfuerzo y el trabajo de Benito, un anciano del pueblo de Matapozuelos, en Valladolid, las bravías, un tipo de paloma autóctonas, han conseguido sobrevivir.
Hace alrededor de dos décadas, Benito invirtió sus ahorros, unos 7.000 euros, en comprar un palomar del siglo XVII que estaba en ruinas. Durante un año y medio trabajó duro para restaurarlo con sus propias manos. "El trabajo es incalculable, yo aquí empleé horas y horas y horas", reconoce Benito.
Cuando decidió rehabilitar la construcción no sabía nada sobre palomas, pero reformar aquel palomar era su sueño.
Ahora, gracias al trabajo que Benito ha realizado durante años, la bravía, un tipo de paloma autóctona, ha logrado sobrevivir.
Además, el trabajo que durante tantos años ha desempeñado este vecino de Matapozuelos, está contribuyendo a la economía del pueblo gracias a este tipo de palomas. Muchos mataderos empiezan a demandar la carne de estas palomas porque es muy nutritiva y sus excrementos son uno de los mejores fertilizantes naturales.
Benito se siente muy orgulloso de los resultados que ha logrado y del legado que ha dejado a su pueblo.