Playa de Las Catedrales

El truco para entrar a la playa de Las Catedrales cuando las entradas están agotadas

La playa de As Catedrais o playa de Las Catedrales, en Lugo, es uno de los atractivos turísticos de Galicia, pero su aforo está limitado para evitar riesgos por masificación. Este es el truco para poder ir si te has quedado sin entrada.

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La playa de As Catedrais o playa de Las Catedrales, en la Mariña lucense, es uno de los atractivos más visitados de Galicia. Tanto es así, que conseguir una entrada (ya que en verano tiene un cupo limitado de visitas al día, concretamente 4.800) es casi misión imposible en las jornadas de verano. Una entrada que es gratuita y que nos podemos hacer con ella de manera online.

A pesar de que los pases están muy codiciados, hay algunas triquiñuelas para conseguir pisar la playa cuando ya haya colgado el cartel de completo. Uno de ellos es viajar hasta el arenal en taxi, por ejemplo, desde Ribadeo. Hacer el trayecto en taxi permite acceder a la playa sin reserva previa. Eso sí, hay que ser rápidos, el cupo de este servicio es muy limitado: un total de ocho plazas están disposición de este servicio. El trayecto cuesta unos 16 euros.

Otro truco es pernoctar en alguno de los hoteles que ofrece Ribadeo. El hecho de quedarse a dormir en alguno de los alojamientos de esta villa permite acceder a un documento homologado por la Xunta y por la asociación de comerciantes, con nuestro nombre y el del alojamiento, con el que se permite bajar a la playa.

Vuelve la moda de apilar piedras en la playa

Con la llegada masiva de visitantes, un año más las piedras apiladasunas encimas de las otras creando pequeñas construcciones vuelven a hacer acto de presencia en As Catedrais. Un vídeo colgado por una geóloga en el que denuncia la situación se ha hecho viral en las redes sociales. "No hagáis estas cosas en la naturaleza", dice la tuitera.

Y es que la construcción de este tipo de figuras tiene consecuencias negativas. Las rocas sirven como refugio para la microfauna y al levantar estas pirámides destruiría su hábitat. Además, se altera la estética de un lugar considerado como espacio natural protegido. La Xunta ha indicado que esto es una práctica prohibida y que puede acarrear sanciones de 3.000 euros.

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