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Coronavirus

El doctor Tato Vázquez Lima, presidente de SEMES: “El síndrome del profesional quemado acaba repercutiendo en los pacientes”

El doctor señala que los sanitarios están sintiendo en algunos casos ansiedad, depresión o apatía por su situación precaria, lo que puede repercutir en su trabajo aunque intenten evitarlo.

El presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias asegura que se dan todas las condiciones para que el Síndrome de Burnout, o “síndrome del profesional quemado”, vaya en aumento entre el personal sanitario. Una situación que acabará repercutiendo entre los pacientes porque “hace que no podamos prestar atención con la calidad que quisiéramos”.

Exigencia emocional, gran carga de trabajo en unas condiciones no del todo favorables, y un alto nivel de exigencia. Estos tres elementos son los que acaban desembocando lo que se conoce como Síndrome de Burnout, o “síndrome del profesional quemado”.

"Condiciones laborales lamentables"

La crisis sanitaria ha agravado la situación, pero el personal sanitario lleva tiempo arrastrando un problema que se ve todavía más agravado en los servicios de urgencias. “Urgencias es la puerta de entrada. Estamos acostumbrados y estamos preparados para ello. El problema es que, en muchos casos, los profesionales que están en primera línea tiene unas condiciones laborables lamentables, con unas tasas de interinidad altísima. No se les puede pedir más, claro que están quemados”.

El también jefe del servicio de urgencias del Hospital del Salnés, en Pontevedra, asegura que en Galicia la situación se ha estructurado y “aquí las cosas están bastante bien dimensionadas”, pero hay algunos lugares de España en los que la temporalidad en urgencias llega al 50 - 60 %. “Hay que asegurar el futuro de esa gente”.

Ansiedad, depresión o apatía, son algunas de las consecuencias de esta situación. El problema, aseguran, es que esto repercute en la asistencia. “La atención a los pacientes, aunque tratemos de evitarlo, se resiente”.

Por no hablar de los problemas de personal que podrían derivar de un incremento en el número de bajas entre los sanitarios si la situación no se invierte.