Canarias

Tama, de inmigrante llegado en cayuco a traductor voluntario para sus compatriotas africanos

Tres años después de llegar en patera a El Hierro, Tama Docouré asegura que“suma un familiar” con cada inmigrante que llega a la costa. Es voluntario de Cruz Roja y hace de traductor en su lengua materna, el bámbara, y en francés, para sus compatriotas.

Tama, el inmigrante que hace de traductor para sus compatriotas

Tama, el inmigrante que hace de traductor para sus compatriotasEFE

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Tama Doucouré llegó en cayuco a El Hierro en las Navidades de 2020 y en solo tres años ha pasado a ser voluntario de Cruz Roja. Ahora es él quien recibe a sus compatriotas a pie de muelle en La Restinga. Su objetivo es hacer que su llegada sea más fácil y cercana, haciendo las labores de traductor en su lengua materna, el bámbara, o en francés.

“Me siento muy bien conmigo mismo, me gusta mucho ayudar”, relataba a EFE. Asegura que esto le hace feliz y se siente bien por ellos, y por eso cada vez que su trabajo se lo permite, se acerca al muelle a ayudar en lo que pueda. Tama sabe de primera mano lo que es llegar en patera, y tiene claro que es necesario que alguien ayude a estas personas a hablar, explicarse, y poder trasladar sus necesidades a quien los recibe. Tienen derecho a ser entendidos.

Además de su labor de traducción, reparte mantas, ropa y comida, y ayuda en todo lo que puede. Siente el agradecimiento de aquellos a los que considera "familiares" y que llegan cada día a la costa: "Tratamos a todos como si fueran de la familia, todos somos iguales". "Todos son igual de importantes", asegura.

Los recién llegados son sus compatriotas africanos y les hace sentir como en casa tras jugarse la vida en travesías de más de diez días en el Atlántico.

La suya y la del resto de voluntarios que trabajan a pie de muelle, son las primeras caras que ven los inmigrantes al tocar tierra, algo que Tama vivió en su propia piel la madrugada de Navidad hace tres años y que nunca olvidará. Por eso, sabe mejor que nadie lo necesario de su trabajo y del grupo de africanos voluntarios que aguardan en La Restinga para recibir, de la mejor forma posible, a esos “familiares” que llegan exhaustos tras jugarse la vida en el mar.

Son más de 500 personas al día las que llegan a Canarias en este mes de octubre y más de 20.000 en lo que llevamos de año. Cifras sin precedentes, desde la crisis de los cayucos de 2006. Según los expertos la canaria es una ruta abierta, con al menos cuatro países de salida, y con llegadas a todas las islas del archipiélago. Por delante quedan días duros, en los que podría incrementarse la llegada de cayucos, y la labor de Tama y su equipo de voluntarios es crucial, para que quienes se juegan la vida por llegar a la costa, tengan a alguien de su “familia” para darles la bienvenida.

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