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EL EURO DISPARA EL COSTE DE LA VIDA

¿Seguimos pensando en pesetas?

El euro, que no pasa por su mejor momento, ya está totalmente consolidado y las nuevas generaciones sólo piensan en euros. Pero hemos comprobado que en algunos casos seguimos convirtiéndo las cantidades a pesetas.

Los españoles miraron en un principio con recelo la llegada del euro y el adiós a la peseta, pero pasados ya diez años parecen haber hecho las paces con la moneda comunitaria y no quieren una vuelta atrás, aunque tampoco se cansan de repetir que "cunde menos" a la hora de comprar. Y "cunde menos", y aquí vienen 'las pegas', porque desde que las nuevas monedas y billetes entraron en sus bolsillos también salieron rápidamente para pagar las subidas de precios que trajo consigo, según constataron desde el inicio los consumidores.

Subieron los precios por encima del crecimiento de los salarios, tal y como señala la portavoz de la OCU, Ileana Izverniceanu: "Los consumidores tenemos menos poder adquisitivo de forma global. Si hacemos la comparación de los precios de productos muy básicos, cuesta más que antes. Hemos sufrido un redondeo al alza".

Según un estudio de la OCU que analiza los diez años del euro, algunos productos de primera necesidad, que "afectan a las economías más básicas", como el pan o los transportes públicos, han subido desde enero de 2002 más de un 45%.

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