Sobre ruedas contra el acoso: los moteros que acaban con el bullying

“Nos ponemos con cara de malos, de brazos cruzados, con nuestras chupas y eso surte efecto”, explica Paula Acevedo, la vicepresidenta de la Asociación Motera PICA de las Rías Baixas. Su colectivo, nacido en Aragón y en proceso de expansión por toda España, comparte el amor por las motos con el deseo de que a nadie le ocurra “lo que muchos de nosotros hemos sufrido”.

Nos reciben de negro, como manda el manual de buen motero, enfundados en cuero y haciendo rugir sus motores. Pero a los pocos minutos nos damos cuenta de que la pose es lo único de 'malotes' que tienen. “Algunos agresores, al vernos, se asustan. Lo que a priori era malo se ha convertido en una oportunidad para frenar el bullying”, cuenta José, el presidente de la asociación en Galicia.

Siempre dispuestos a ayudar

Dan charlas en diferentes centros educativos, asesoran a los chavales y se enfrentan a situaciones que, aunque no son nuevas, sí les remueven por dentro. “Lo peor es cuando tenemos que intervenir en casos de abuso sexual. Sin duda, eso es lo peor”, explica Paula.

En su colectivo cuentan con psicólogos, con el que hace del 'malo' y algún 'bueno'. Siempre dispuestos a ayudar.

Les llaman de colegios, pero también particulares. Un caso concreto: tras una amenaza a un menor por parte de un buen grupo de chavales, se acercan al lugar en el que la víctima les ha dicho que sus agresores le están esperando. “Nos vieron llegar con las motos, nuestra pinta y se fueron”.

Son voluntarios que luchan contra el mal. 'Los Ángeles del Infierno' en una versión positiva y moderna. Los salvadores de muchos niños que no encuentran salida a su problema. Ellos, sobre ruedas, les asesoran e intentan poner fin a los abusos que sufren. Su colectivo, el de toda España, se reunirá a inicios de junio en Navarra. Un centenar de moteros para poner en común cuáles son los problemas de los adolescentes y cómo atajarlos.

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