Especial acoso escolar

La reacción de los adolescentes tras ver 'El día que quemé mi corazón': "Es un reflejo de lo que les pasa a muchos chicos”

Diez adolescentes de un instituto madrileño visionan la película 'El día que quemé mi corazón'. Narra la historia real de un joven francés que intentó quitarse la vida después de sufrir, durante años, acoso escolar. Los chavales tienen 16 años, la misma edad que tenía Jonathan, el protagonista, cuando quiso suicidarse.

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Son las cuatro de la tarde. Diez alumnos entran en un aula de un instituto del norte de la Comunidad de Madrid. Al fondo, en una pantalla, ven a Jonathan. Se rocía con alcohol, con un mechero se prende fuego, grita y se lanza al agua. La primera imagen les impacta. Y atentos siguen conociendo la historia de este joven francés que con 16 años decide quitarse la vida tras sufrir acoso escolar: sus compañeros se burlaban de él, le chantajeaban, le insultaban y hasta le pegaban patadas, puñetazos... Estos estudiantes tienen la misma edad que tenía él entonces.

“Hay más acoso porque las redes sociales son anónimas”

Durante la película apenas pestañean, captan cada detalle. Termina y les preguntamos qué les ha parecido: “Impactante, educativa, triste, cierta”. La describen con estos adjetivos y las primeras impresiones saltan: rabia e impotencia. Es un reflejo de lo que está pasando, también ahora, en muchos centros educativos, dicen. “Refleja lo que le pasa a muchos chicos hoy en día. Me ha hecho pensar mucho”, cuenta una alumna.

En el pupitre de al lado, su compañera añade: “En la película es evidente que le están pegando pero lo que suele pasar en la vida real, en la mayoría de casos, es que nadie se da cuenta”. Y esa es precisamente una de las asignaturas pendientes: sensibilizar y concienciar sobre la gravedad de este problema al que se suma otro, el ciberbullying. Es ahora la forma de acoso más frecuente. “Hay más acoso porque las redes sociales son anónimas”, opina una de las estudiantes.

¿Ycómo frenamos el acoso escolar?, lanzamos esta pregunta. Las respuestas son muchas. “Hay que concienciar de que nuestros actos tienen consecuencias”, “dejando de juzgar”, explican algunos de ellos.

“Impactante, educativa, triste, cierta”

Piensan que es un problema muy extendido, que hay que frenar entre todos y no bajar ni apartar nunca la mirada. “El acoso escolar empieza con cosas muy pequeñas, como por ejemplo insultos por el físico, por cómo vistes, por el dinero que tienes…”. Pero ese acoso va a más, por eso concluyen que hace falta más empatía, más educación y también más implicación por parte de los profesores y no solo se refieren a los docentes de la película. A estos últimos, por cierto, también les hacen una crítica bastante severa por no saber ver, mirar y por no actuar ante lo que estaba viviendo Jonathan. Porque él podría ser cualquier alumno de cualquier ciudad, de cualquier país.

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