Amplias zonas de nuestro país están abocadas al abandono: es la España vaciada en la que el pediatra para atender a los niños, es un actor esencial para atraer y asentar a la población. Pero esta figura podría estar en peligro en más de 84 pueblos de Burgos si no se toman medidas urgentes.
Entorno a 1.200 niños de los pequeños pueblos a orillas del río Duero se han quedado sin pediatra por culpa de un concurso de traslados mal planificado. La pediatra de las Zonas Básicas de Salud de Roa de Duero, Aranda Rural y Huerta del Rey, en la provincia de Burgos, dejó su plaza el pasado 15 de enero y se marchó a Valladolid, una decisión que había comunicado a sus superiores meses atrás.
A pesar de que la Gerencia Sanitaria de Burgos y la Gerencia Regional del Sacyl estaban al tanto, una semana después de su marcha los niños siguen sin pediatra y los padres cada vez más indignados y sin una respuesta clara por parte de la administración.
Los pequeños tienen que ser tratados por médicos de familia, mientras que las revisiones se derivan a los dos centros de salud urbanos, a lo que desde la Asociación de Pediatría de Atención Primaria de Castilla y León (APACyL) indican que "la especialidad de Pediatría es esencial y sus funciones no deben ser cubiertas por médicos generalistas", sin embargo, estos también son especialistas de los que cada vez más pueblos vacíos carecen.
Sin embargo, estas familias no se han querido quedar de brazos cruzados y han creado un vídeo bajo el lema #UnPediatraParaMiPueblo, en el que denuncian la situación en el mundo rural, que cada vez se queda más solo. Otra de las iniciativas que han llevado a cabo es la de plasmar sus manos pintadas en las puertas de los centros de salud para dejar de ser un colectivo invisible.
La Plataforma por una Sanidad Rural Digna de la Ribera del Duero considera que "la pediatría rural es el nuevo blanco de un modelo de gestión sanitaria que deshumaniza y fomenta la despoblación de nuestra tierra".