Los pueblos españoles se adaptan al turismo masivo multiplicando los esfuerzos en servicios públicos

Llega el verano y en los pueblos los habitantes habituales ven más vida. "Ya sabemos que a partir del 1 ya es el boom y vienen todos", nos cuenta Ainhoa, que trabaja en el bar del municipio vallisoletano de Castrejón de Trabancos.

Esta localidad multiplica el número de personas durante el verano, de los 170 residentes a casi 1.000 personas. Estas familias provienen de distintas partes de España. En la casa de Ana María se quedan hasta 10 personas. "Estas casas permiten juntar muchas personas y ahora en verano no es lo mismo alquilar un alojamiento rural en pleno apogeo del mercadoque en otras épocas", explica su hijo.

Consiguen más tranquilidad y reencontrarse con algunos amigos que no ven durante el año. Sienten el calor y la cercanía de sus vecinos. "Tienen una huertita, te traen unos tomatitos, muy agradable, muy familiar", comenta Ana María.

Los 32 municipios que forman parte de la Mancomunidad de Tierras de Medina multiplican su población: de más de 38.000 vecinos a más de 70.000 durante los meses de verano. Eso supone más consumo de agua, de luz y generar gran cantidad de residuos. Los ayuntamientos hacen frente a esta situación aumentando los esfuerzos.

El incremento en la población también supone reforzar algunos servicios como la recogida de basuras. "Doblamos turnos, hacemos mayor frecuencia y recogemos tres cuatro veces", explica el Moisés Santana, presidente de la Mancomunidad Tierras de Medina. La recogida de residuos sólidos urbanos alcanza el millón de toneladas al mes y más gasto en la factura de la luz, que pasa de 800 euros a más de 3.000 durante estos meses.

Desde el consistorio no tienen problemas para estos incrementos, porque dicen "están preparados" y "encantados" de tener el municipio lleno de vida aunque sea al menos durante un par de meses.

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