España rural
Los pueblos se despiden del bullicio: adiós al verano y al regreso a la soledad
Con la llegada de septiembre, los pueblos de España se vacían tras el bullicio del verano. Las calles, antes llenas de veraneantes y actividad, vuelven a la calma, dejando atrás negocios cerrados y un silencio que marca el inicio del otoño.
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Con la llegada de septiembre y el fin del verano, los pueblos de España vuelven a la tranquilidad. Durante los meses estivales, muchos municipios viven una explosión de vida con la llegada de veraneantes, pero todo cambia al finalizar agosto. Las calles que hace apenas unos días estaban repletas de gente, ahora permanecen vacías. Es el caso de Benafarces, en Valladolid, donde la población se multiplica en verano, pasando de 30 habitantes a más de 200, solo para volver a la soledad en septiembre.
"Falta gente, falta vida", comenta una vecina de Benafarces. "Las calles están vacías, no llegamos ni a 40 personas en el pueblo", añade Emilio, otro residente. Esta realidad no solo afecta a este municipio, sino a la mayoría de los pueblos españoles que ven cómo sus habitantes temporales regresan a las grandes ciudades en busca de servicios médicos o para continuar con estudios.
El presidente de la Asociación de Turismo Rural de Valladolid, Luis Chico, comenta: "Vemos pueblos desolados. En verano el turismo rural aumenta un 95%, pero con septiembre, los bares cierran y las calles quedan vacías". Negocios locales, como bares y casas rurales, también sufren esta estacionalidad, con muchos cerrando por falta de clientes, como ocurre en Benafarces, cuyo único bar cierra con el fin del verano.
Para muchos pueblos, la espera comienza nuevamente hasta el próximo verano, cuando el bullicio regrese y las calles vuelvan a llenarse de vida. "Les echamos de menos", concluye Emilio, con la esperanza de que el próximo verano traiga de nuevo la alegría.
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