Galicia

Los propietarios de los montes gallegos se están organizando para proteger sus terrenos del fuego

Montan patrullas para disuadir a los pirómanos y actuar rápidamente ante cualquier conato de incendio.

Incendio en Aldea de Corme, Ponteceso, provincia de A Coruña, Galicia, España

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Con la llegada de las olas de calor el riesgo de incendios se multiplica. Y esta semana en el sur de Galicia los termómetros están superando los 40 grados, llegando en algunos puntos a los 42ºC. Hace semanas que no llueve, y el periodo de sequía que suele llegar en septiembre se ha adelantado un mes, por lo que cualquier pequeña llama puede propagarse rápidamente.

Los propietarios de los montes gallegos, conscientes de este peligro, se están organizando entre ellos para evitar que el fuego arrase con todo otro verano más.

Un ejemplo lo encontramos en la Mancomunidad de Montes del Baixo Miño, que agrupa 38 comunidades de los ayuntamientos de A Guarda, Oia, O Rosal, Tomiño y Tui, muy próximos a la frontera con Portugal. Una zona en la que los termómetros alcanzan cada verano las máximas temperaturas de la comunidad.

Vigilancia constante

La vigilancia de los montes es una tarea complicada, que requiere de una buena organización, y de una rotación constante de patrullas. Día y noche. Durante todo el verano. Y tiene un doble objetivo, tal y como ha explicado Rafael Alonso, Presidente de la Comunidad de Montes de O Rosal, a Antena 3 Galicia: "Por un lado intentamos persuadir a la gente para que no se acerque al monte, que sepan que hay muchos ojos vigilando. Y por otro tratamos de estar en contacto constante unos con otros, y con los medios de extinción , porque si surge un conato de incendio es fundamental apagarlo cuanto antes. Si podemos con lo que tenemos a mano y si no con las unidades especializadas, a través del 085".

¿Y por qué tiene que haber tanto ojos en el monte? Porque, como señala Rafael, "todo apunta, por los indicios, a que la mayor parte de los incendios forestales en Galicia son provocados".

Las patrullas de las distintas comunidades de montes se ponen de acuerdo para recorrer las laderas, organizándose entre 3 o 4 grupos para cubrir todos los horarios. Su labor es fundamental, ya que la semana pasada detectaron 5 conatos de incendios que podrían haber derivado en una tragedia.

Una idea que lleva años gestándose

La organización de patrullas entre comuneros empieza a tomar fuerza ahora, pero lo cierto es que lleva años gestándose. El Presidente de la Mancomunidad de Montes del Baixo Miño, José Palacios, señala que empezaron a organizarse "después de los fuegos de 2017 de Pontevedra y Portugal, cuando por primera vez aparecieron los incendios de sexta generación y resultó necesario encontrar otra manera más rápida y eficaz de abordarlos".

Ellos conocen los montes como la palma de su mano, y vuelcan todos sus esfuerzos en protegerlos de los incendiarios, pero reconocen que les vendría bien recibir formación específica y contar con más medios materiales. De hecho, están trabajando con la idea de diseñar un Plan contra Incendios a nivel de distrito forestal de cara al próximo verano.

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