PORNOGRAFÍA
La pornografía recrudece la prostitución: consumidores cada vez más jóvenes y actitudes deshumanizadas
Los guiones del cine para adultos construyen un imaginario de prácticas de riesgo y violencia en el que se educan las nuevas generaciones y que toman como único modelo de sexualidad

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Existe una relación directa entre el consumo de pornografía y el consumo de prostitución. Al menos, en la medida en que las prácticas de riesgo y la violencia que podemos encontrar en algunos guiones pornográficos están comenzando a materializarse, y cada vez más, en las habitaciones de clubs de alterne y pisos anonimizados.
"Con el consumo del porno se crea un imaginario masculino que incluye prácticas que llevan a las agresiones sexuales", afirma Tatiana Conde, educadora y responsable del área de Social del colectivo Vagalume, que se dedica al asesoramiento integral a mujeres en situación de prostitución en el área de Santiago de Compostela. Son ellas mismas quienes indican a trabajadoras como Conde ese aumento de la violencia por parte de los consumidores.
Una violencia que viene inspirada por la pornografía, y que cada vez consumen más jóvenes. Según datos del Ministerio de Presidencia, siete de cada diez adolescentes consumen porno y un 53,8% de los niños de entre 6 y 12 años han visto porno por primera vez. “El consumo de pornografía puede tratarse ya como una epidemia”, sostiene Lorena Añón-Loureiro, investigadora y docente en la USC.
Un imaginario irreal
Ambas expertas, tanto a pie de calle como desde la academia, alertan del incremento del consumo de pornografía entre los más jóvenes y de las consecuencias que este hecho tiene en su desarrollo. Y es que, tal y como explica la profesora Añón-Loureiro, “lo que están aprendiendo no son relaciones sexuales sino un modelo de violencia”, de manera que terminan entendiendo como sexualidad un conjunto de prácticas agresivas, cosificadoras y deshumanizantes. Un fenómeno que pone peligro tanto a sus potenciales parejas como a las mujeres en situación de prostitución.
Los jóvenes persiguen una serie de aspectos irreales que, no obstante, creen reales, tras verlos en un metraje porno. Acuden a la prostitución para llevar a cabo las fantasías que han visto en una pantalla y que, quizá, no son capaces, por diferentes motivos, de realizar si no es acudiendo a la mercantilización del cuerpo femenino: “Pagando ya no tienen la cuestión del consentimiento”, señala Añón-Loureiro.
Las redes y la huella de la pandemia
Más allá de la violencia inspirada por la pornografía, la pandemia del Covid-19 también ha dejado su marca en el sistema prostitucional. “Pasamos de clubes de alterne a pisos, donde es más fácil que se produzcan estas agresiones”, apunta Tatiana Conde. Y es que allá por 2020, muchos clubs de alterne tuvieron que cerrar sus puertas, pero, la prostitución no desapareció sino que se mudó a pisos anonimizados.
Conde también muestra preocupación a respecto de la facilidad de la que han provisto las redes sociales a los consumidores para acercarse a la prostitución. “Ahora con teclear es suficiente”, explica la educadora. Asimismo, la constante del consumo de drogas es otro factor que puede incrementar la violencia de los encuentros.
Una lucha casi imposible
Hoy en día es prácticamente imposible estimar el número de mujeres que se encuentran en situación de prostitución. Y lo mismo con las víctimas de trata con fines de explotación sexual. Una de las reivindicaciones de ambas expertas es que se pongan medios para la contabilización de casos a nivel estatal.
No obstante, sobre ellas, sí hay una cosa clara. “El perfil siempre es el mismo: mujeres en situación de grave vulnerabilidad, con un acceso a derechos muy escaso”, explica Tatiana Conde. De hecho, precisamente por ello, muchas veces no pueden negarse a someterse a prácticas de alto riesgo porque no tienen otro medio de vida.
La solución
Las voces expertas lo tienen claro: hay que tomar medidas contra el acceso a la pornografía. Y es que, como se está viendo, el porno puede derivar en un potencial consumo de prostitución.
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En este tema, las instituciones tienen un papel clave: “En el juego sí que tomaron medidas para que los niños no puedan acceder a los locales de apuestas en línea”, reprocha la profesora Añón-Loureiro. Ella exige la misma actitud para el consumo de pornografía. Por los más pequeños y por ellas, por quienes se enfrentan día tras día a una violencia que crece con cada reproducción.
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