Segovia

Un grafiti en el Acueducto de Segovia podrá ser sancionado con hasta 3.000 euros, tras una nueva ordenanza

Así tratan de impedir las agresiones al patrimonio histórico-artístico.

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El Acueducto de Segovia es, indudablemente, seña de identidad española y uno de nuestros monumentos más conocidos en el mundo. Desde el siglo II preside de forma imponente la entrada a la ciudad. Con el fin de protegerlo, una nueva ordenanza contempla multas de hasta 3.000 euros para quienes trepen o salten por él.

Una pintada en el Acueducto podría ser sancionada con hasta 3.000 euros

Un graffiti que se ha realizado en una fachada o monumento del ámbito 'Ciudad Vieja de Segovia y su Acueducto' podrá ser sancionado con multas de 1.500 a 3.000 euros, tal y como se recoge en la modificación de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana del Ayuntamiento de Segovia, con la que se persigue reforzar la protección del Acueducto y del patrimonio histórico de la ciudad.

El equipo de Gobierno trata de impedir así las agresiones al patrimonio histórico-artístico con la tipificación de nuevas conductas detectadas como una amenaza a la integridad de este legado. Son los actos que afeen edificios ubicados dentro del ámbito 'Ciudad Vieja de Segovia y su Acueducto' los que serán considerados infracción muy grave con multas de 1.500 a 3.000 euros.

También queda prohibido depositar o lanzar cualquier tipo de objeto o residuo orgánico e inorgánico, además del vertido de cualquier sustancia líquida sobre monumentos histórico-artísticos o edificios catalogados o protegidos.

Prohibido introducir objetos entre sus grietas

Otra de las acciones prohibidas es introducir papeles, restos orgánicos, colillas, envoltorios, desechos o cualquier tipo de residuos entre las juntas de los sillares del Acueducto de Segovia. Tampoco está permitido depositar junto al monumento romano, incluso de forma transitoria, herramientas, material de construcción o escombros. En estos casos, las sanciones serán de entre 750 y 1.500 euros.

Este cambio de normativa también aclara que la práctica de juegos, no solo con pelota, sino con otros instrumentos como monopatines, está sometida al principio general de respeto a los demás, y, en especial, de su seguridad y tranquilidad.

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