Explotación infantil

Piden 107 años de cárcel para el 'Pelicot catalán', un electricista que violó, grabó y prostituyó a una niña de 13 años en Barcelona

Un electricista de Barcelona ha sido acusado de abusar sexualmente de una menor desde los 12 años. El hombre de 45 años también ofrecía encuentros sexuales con la niña en apps y redes sociales mientras grababa las agresiones.

Foto de archivo de Mossos d'Esquadra

Foto de archivo de Mossos d'EsquadraMossos d'Esquadra

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La Fiscalía de Barcelona ha solicitado 107 años de prisión para un hombre acusado de haber abusado sexualmente de una menor desde los 12 años, de grabar las agresiones y de ofrecerla a otros adultos a través de aplicaciones de citas y redes sociales.

El acusado, un electricista de 45 años, dirigía una red de pedófilos y organizaba encuentros sexuales con otros adultos en los que la menor también era agredida, mientras él grababa todo con su teléfono móvil, según el escrito de la Fiscalía al que ha tenido acceso Antena 3 Noticias.

Los Mossos d'Esquadra y la Fiscalía han calificado el caso como uno de los más graves investigados en el ámbito de los delitos informáticos relacionados con menores.

El caso recuerda al del francés Dominique Pelicot, pero en este, la víctima no era una pareja sentimental, sino una niña en situación de especial vulnerabilidad, a quien el acusado explotó durante años.

Cómo empezó la captación

El acusado, identificado con las siglas T.L.M., conoció a la víctima a través de la aplicación 'Badoo' cuando ella tenía solo 12 años. En ese momento, la menor vivía en un centro de protección de L’Hospitalet de Llobregat, tutelada por la Generalitat, ya que su madre estaba enferma y no podía hacerse cargo de ella. Según la Fiscalía, la niña sufría acoso escolar y "tenía muy baja autoestima", circunstancias que el acusado aprovechó para ganarse su confianza.

Primero mantuvieron videollamadas y conversaciones por Instagram. En poco tiempo, el hombre logró convencerla para "que se hiciera fotografías y vídeos en ropa interior, desnuda o masturbándose". Entre mayo de 2020 y octubre de 2021, T.L.M. almacenó 44 imágenes de carácter sexual de la menor.

La primera agresión y el inicio de una cadena de abusos

Meses después del primer contacto, el acusado le propuso verse en el centro comercial Finestrelles, en Esplugues de Llobregat. Allí la recogió en coche y la llevó a su casa en Barcelona. Aunque al principio la menor se negó a mantener relaciones sexuales, acabó siendo agredida. Fue la primera de muchas veces.

Según recoge el escrito del fiscal jefe de delitos informáticos de Barcelona, Roberto Valverde, "el acusado aprovechaba los días y noches que la niña se fugaba del centro de menores para proporcionarle un lugar de refugio físico y, aprovechando la circunstancia, ponía películas pornográficas a la menor para que se desinhibiera y le imponía mantener relaciones sexuales vaginales y anales".

Fotografías, grabaciones ocultas y prácticas de dominación

Durante las estancias en su casa, el acusado también convencía a la menor para que se dejara grabar y fotografiar, a veces desnuda, en otras ocasiones realizando prácticas sexuales de dominación, como ser atada con cuerdas.

En algunos casos, la grababa sin que ella lo supiera: escondía una cámara mientras la niña estaba distraída con el móvil y se acercaba a tocarla o besarla. Posteriormente, intercambiaba ese material por Internet con otros pedófilos.

La ofrecía por Instagram y otras aplicaciones

T.L.M. no solo abusaba de la menor, sino que también la prostituía a través de redes sociales. Según el auto del juez Francisco Miralles, "utilizando una foto de la víctima, creó una cuenta en la aplicación de citas Lovoo y otra en Instagram simulando el perfil de la chica", donde subía fotos en ropa interior y ofrecía encuentros sexuales grupales. Una vez despertaba el interés de los usuarios, les contactaba desde otra cuenta con su identidad real y concertaba los encuentros en su casa.

La Fiscalía ha documentado diez citas con otros seis adultos -R.H., L.A.H., D.L.T., E.J.J.B., M.C.B. y un sexto sin identificar- durante las cuales la menor, con solo 13 o 14 años, fue agredida sexualmente de manera muy violenta y denigrante. Todos estos encuentros fueron dirigidos por el acusado, que grabó al menos 20 vídeos donde la niña aparece siendo penetrada por él o por otros hombres.

Además del proceso principal, el Juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona mantiene abierta una causa separada para investigar a otros implicados. Según la información obtenida en el escrito de la Fiscalía, se está examinando la posible participación de una veintena más de adultos, relacionados con al menos una decena de menores víctimas. Este nuevo frente judicial se basa en el análisis de 250 grabaciones incautadas en el domicilio del acusado principal.

Una denuncia que activó la operación policial

La intervención de los Mossos d’Esquadra se inició tras la denuncia de un usuario de Badoo. Este relató que un perfil -gestionado por el acusado- le propuso participar en un encuentro sexual con una adolescente. Al saber que se trataba de una menor, el usuario rechazó la propuesta, pero el acusado insistió enviándole archivos de contenido pedófilo en el que bebés practicaban felaciones a adultos. Este material llevó al denunciante a alertar a la policía, lo que dio pie a la investigación formal.

El 9 de junio de 2022, los investigadores accedieron a la vivienda del acusado, donde encontraron una gran cantidad de material digital incriminatorio. Solo en su teléfono móvil, los Mossos hallaron 232 imágenes de la víctima "sometida a tocamientos y penetraciones por parte del procesado y otros hombres", así como 576 archivos de vídeo y 889 fotografías de pornografía infantil.

En total, entre los dispositivos incautados (ordenador, discos duros, tarjetas de memoria y USB), se localizaron más de 10.000 archivos con contenido de abuso sexual a menores, algunos de ellos con niños de muy corta edad. El fiscal ha señalado que muchos de estos vídeos e imágenes habían sido "creados por terceras personas no identificadas y descargados por el procesado en plataformas de mensajería".

Consecuencias psicológicas en la víctima

El escrito de acusación detalla el impacto emocional que los hechos han tenido en la menor. Aunque actualmente tiene 17 años, los peritos indican que su desarrollo se ha visto afectado por la reiteración de los abusos, con secuelas en su capacidad madurativa y emocional.

107 años de cárcel y 115 de inhabilitación

El juez ha procesado al acusado por una docena de delitos relacionados con abusos y explotación sexual de menores. La Fiscalía de Barcelona solicita 107 años de prisión, 60 años de orden de alejamiento de la víctima, 115 años de inhabilitación para trabajar con menores, y 10 años de libertad vigilada una vez cumplida la pena.

Aunque la condena total solicitada supera el siglo de prisión, la legislación actual limita la pena efectiva a 36 años, aplicando el triple de la condena más alta. Entre los delitos por los que se le acusa figuran agresión sexual continuada, cooperación necesaria en violaciones cometidas por terceros, acoso, exhibicionismo ante una menor y producción y distribución de pornografía infantil.

Al menos 30 implicados y 25 víctimas potenciales

Este proceso es solo la primera pieza de un caso más amplio. Los Mossos han detectado la presencia de al menos 30 posibles agresores vinculados a los vídeos y conversaciones halladas, y 25 menores que podrían haber sido víctimas.

En fases anteriores de la investigación ya se detuvo a 16 personas, mientras se trabajaba para identificar a otras 14. "Los agresores son personas de todos los estatus sociales, de entre 19 y 50 años" explicó en su momento el jefe del Área de Cibercrimen, el inspector Josep A. López. También se han identificado hasta el momento a 11 víctimas, entre ellas niñas y niños de entre 12 y 17 años.

La advertencia de los investigadores

El inspector López también lanzó una advertencia sobre el riesgo de la falta de supervisión digital: "En las aplicaciones de citas hay un mercado encubierto de prostitución de menores que no aflora, alertó. Y añadió una comparación contundente: " Nadie dejaría a su hijo en Ciudad Juárez a las doce de la noche, porque es una ciudad muy peligrosa con muchos homicidios, pero Ciudad Juárez está en todas las casas en cada momento si no sabemos qué hacen nuestros hijos en Internet, con quien contactas o qué aplicaciones usan".

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