Barcelona

Persecución de película en Cataluña: dos ladrones se dan a la fuga y son perseguidos durante más de 50 kilómetros

Los ladrones recorren más de 50 kilómetros a gran velocidad para evitar ser interceptados por la Policía. Tras dos horas, logran darles caza.

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Dos ladrones han protagonizado una persecución de película en las calles de Barcelona, Cataluña. Durante más de 50 kilómetros son seguidos por las carreteras y calles de localidades de la comarca del Vallès Oriental. Después de dos horas de huida los Mossos d'Esquadra logran darles caza. Los atracadores se habían llevado numerosas herramientas, electrodomésticos y ropa de alta gama que habían sustraído de varios establecimientos.

50 kilómetros de persecución policial

La persecución comienza en L'Ametlla del Vallès, cuando una patrulla de la Policía Local da el alto a un vehículo en el que van dos presuntos autores de un atraco en dicha localidad. Justo en ese momento, el conductor y el copiloto inician la huida circulando a gran velocidad por diferentes ciudades a Barcelona. De forma inmediata, los Mossos, en colaboración con agentes locales, inician un operativo para detener el vehículo.

Una marcha que se prolonga durante dos horas en las que el coche recorre cerca de 50 kilómetros hasta llegar a la localidad de Santa Coloma de Gramenet. Es en esa ciudad de la provincia de Barcelona en la que, después de chocar con otros automóviles aparcados, los atracadores son interceptados por los Mossos, que proceden a la detención inmediata.

Este suceso ha supuesto la indignación de los vecinos por el grave peligro que ha supuesto para la seguridad peatonal. "Podría haber ocurrido una desgracia", relatan los testigos. Lo cierto es que estos delincuentes acumulan hasta 70 detenciones, la mayoría por robos.

Insólita persecución en Ourense

Y si de persecuciones policiales insólitas se trata, hace pocas semanas se produjo otra en Ourense que dejó imágenes surrealistas. Al parecer en el vehículo viajaban tres personas, el conductor y dos acompañantes, uno en el asiento del copiloto y otro en los asientos de atrás. Los acompañantes le pedían a Benito, el hombre que conducía, que frenara el coche. "Frena aquí, hazme caso, frena aquí. ¡Benito, frena aquí! ¡Frena! ¡Que nos vamos para Vigo!", gritan.

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