David Oubel, conocido como el doble parricida de Moraña

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EN EL JUICIO EN LA AUDIENCIA DE PONTEVEDRA

El parricida de Moraña reconoce que mató a sus dos hijas menores y asegura que se arrepiente

"Me arrepiento", ha dicho David Oubel ante el jurado popular por el crimen, del que ha afirmado que no sabe qué le motivó para cometerlo. El acusado se encuentra ingresado en una cárcel de máxima seguridad de León.

El vecino de Moraña (Pontevedra) David Oubel, acusado de asesinar a sus dos hijas menores de edad en julio de 2015, ha reconocido el crimen de las pequeñas, en la primera sesión del juicio que desde este martes se sigue contra él en la Audiencia Provincial de Pontevedra y ha proclamado que se arrepiente, aunque dice desconocer los motivos que lo llevaron a asesinarlas.

"Hay situaciones que viven las personas que a veces son límite", afirmó David Oubel después de reconocer los hechos tal y como los relata el fiscal en su escrito de acusación, en el cual el Ministerio Público señala que el acusado, "con evidente ánimo de acabar con la vida y con la finalidad de evitar cualquier posibilidad de defensa o huida" de sus dos hijas de 4 y 9 años de edad les hizo ingerir fármacos antes de asesinarlas con una sierra eléctrica y un cuchillo.

"Me arrepiento. Desconozco el motivo", afirmó ante el jurado popular el acusado, quien además acepta la opinión de los psiquiatras, que han dictaminado que en el momento del crimen no presentaba un trastorno suficiente que le alterase la capacidad de discernir sobre lo que estaba haciendo.

Por su parte, la acusación particular que ejerce la familia materna le ha preguntado a David Oubel si reconocía "libremente y sin coacción los hechos", a lo cual el acusado respondió con un "sí". La acusación particular añade ensañamiento al relato de los hechos expuesto por el ministerio fiscal.

David Oubel, el hombre acusado de asesinar con una sierra radial a sus dos hijas, de 4 y 9 años, en Moraña (Pontevedra), ya se encuentra en el interior de la Audiencia de Pontevedra a la espera de que comience el juicio por este crimen, cometido el 31 de julio de 2015. Poco después de las diez de la mañana, el parricida llegó a los juzgados entre fuertes medidas de seguridad, custodiado por varios agentes de la Policía Nacional.

Oubel, que se encuentra ingresado en la cárcel de máxima seguridad de Mansilla de las Mulas (León), fue trasladado hace unas horas a la prisión de A Lama (Pontevedra), a la espera del juicio. La Fiscalía y la acusación particular, esta última en representación de la madre de las dos niñas, solicitan la pena de prisión permanente revisable y, según ha confirmado el fiscal Alejandro Pazos antes de entrar hoy en la Audiencia, "hay elementos suficientes para condenarle".

"Hoy lo que importa es el veredicto del jurado y éste no se pronuncia sobre la pena", ha aclarado el fiscal, que ha confirmado que la madre de las niñas no declarará en este juicio porque "no lo ha pedido ninguna de las partes". Ante la previsible estrategia de la defensa del parricida, que en la fase de instrucción alegó que Oubel había sufrido un "trastorno mental transitorio", que lo haría inimputable por estos hechos, Pazos ha asegurado que "pueden alegar muchas cosas y podremos combatirlas todas ellas". La vista oral, que se celebrará durante los tres próximos días, comenzará una vez se hayan seleccionado los integrantes del jurado popular que juzgará este caso.

Según la previsión facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, en esta primera jornada declarará el acusado, David Oubel, y trece testigos, entre ellos seis agentes de la Guardia Civil. Para mañana, miércoles, están previstas las pruebas periciales, con la declaración de unos quince expertos, y los informes forenses. El crimen se produjo en el interior del domicilio de David Oubel situado en O Casal (Moraña), en donde se encontraban las dos hermanas disfrutando del período de vacaciones estivales que le correspondía en virtud del acuerdo por la custodia alcanzado con su exmujer. El fiscal concluye en su escrito de acusación que el acusado mató a sus hijas con crueldad, utilizando una radial y, antes de hacerlo, las drogó "con la finalidad de evitar cualquier posibilidad de defensa o de huida de las menores".

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