Descanso

La obsesión por dormir bien: cuando el afán de descanso perfecto provoca insomnio

No es una patología, pero sí una obsesión psicológica.

Imagen de una mujer durmiendo

Imagen de una mujer durmiendo Antena 3 Noticias

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En la era de la autooptimización y las métricas constantes, incluso el sueño ha dejado de ser un refugio libre de exigencias. Cada vez más personas desarrollan una preocupación excesiva por la calidad de su descanso nocturno, una obsesión que, paradójicamente, les impide dormir bien. Este fenómeno tiene nombre: ortosomnia.

El término fue acuñado en 2017 por investigadores del Rush University Medical Center y la Northwestern University en EE.UU., quienes identificaron en sus pacientes un tipo de insomnio asociado no a causas fisiológicas o ambientales, sino al deseo compulsivo de lograr un “sueño perfecto”. Estas personas consultaban con frecuencia sus dispositivos de seguimiento del sueño y, ante cualquier desviación de la “norma ideal”, desarrollaban ansiedad y frustración que dificultaban aún más su descanso.

Tecnología que alimenta la ansiedad

Dispositivos como relojes inteligentes, anillos de seguimiento o apps móviles prometen ayudar a mejorar el descanso, pero su uso sin criterio médico puede tener el efecto contrario. Un estudio publicado en Journal of Clinical Sleep Medicine (Baron et al., 2017) advierte que los datos que ofrecen estos dispositivos pueden inducir falsas percepciones del sueño e incentivar una vigilancia excesiva, incompatible con una relación natural y relajada con el descanso.

La ortosomnia se alimenta así de un bucle: el usuario quiere dormir mejor, consulta sus datos, detecta una anomalía (real o no), se preocupa, y esa preocupación le impide dormir bien, reforzando la idea de que tiene un “problema de sueño”.

Consejos que pueden hacer más daño que bien

A esta presión se suma la proliferación de consejos en redes sociales, a menudo enmarcados en tendencias como el 'sleep hacking' o el 'sleepmaxxing', que proponen rituales estrictos, suplementos y rutinas 'hiperestructuradas'. Aunque algunas recomendaciones pueden ser útiles de forma aislada, su aplicación rígida puede generar ansiedad si no se cumplen al pie de la letra.

La ciencia del sueño, sin embargo, insiste en que el descanso saludable depende más de la regularidad y la relajación que de la perfección.

Dormir bien sin obsesionarse

Algunas prácticas ampliamente validadas por la evidencia científica para mejorar el sueño, sin caer en la ortosomnia, incluyen, principalmente, reducir la exposición a pantallas, por lo menos, en la hora previa a acostarse.

Hay otros muchos 'tips' que pueden ayudar a la mejora del sueño y su conciliación: mantener horarios regulares para acostarse y levantarse; evitar el alcohol, la cafeína y las comidas copiosas antes de acostarse; y no mirar distintos dispositivos electrónicos cuando se despierta uno de noche.

La calle opina

Salimos a la calle para preguntar cómo duermen los españoles. La mayoría concilia bien el sueño. Una mujer de Valencia nos comenta: “Cada vez que cumplo años duermo peor, así que pastilla y a dormir”.

Otros tienen mucha suerte. Un riojano explica su suerte: “Yo si quiero me duermo aquí ahora mismo”.

En lo que coinciden todos, eso sí, es en que cuanto más se obsesiona uno con dormir y no lo consigue (bien por estrés o nervios), desde luego, no se va a dormir. Ni contar ovejas sirve.

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