La Guardia Civil está investigando el hallazgo de unos huesos humanos, de pequeño tamaño, que una pareja asegura haber encontrado el pasado 24 de junio por la zona de la fosa donde fueron descubiertos los cuerpos de las tres niñas de Alcàsser, Míriam, Toñi y Desirée, secuestradas, violadas y asesinadas en noviembre de 1992.
La pareja, residente en la zona de la Safor, decidió acercarse hasta la zona donde fueron hallados los cuerpos de las tres adolescentes a raíz el documental de Netflix, que repasa la historia y el tratamiento en los medios de comunicación del caso, según han confirmado fuentes del instituto armado.
Una vez en la zona, en el paraje conocido como La Romana, en la localidad valenciana de Tous, estuvieron "escarbando" hasta, según su versión, encontrar unos huesos que entregaron a la Guardia Civil de la zona de procedencia. Los restos fueron llevados a la Policía Judicial de la Comandancia y al Laboratorio del Instituto de Medicina legal de Valencia, en principio pensando que podían pertenecer a algún animal.
Sin embargo, finalmente se ha determinado que se trata de restos humanos, por lo que se han remitido al laboratorio de Madrid para determinar su antigüedad y tratar de comprobar a través del ADN a quién pertenecen y si pudieran ser de alguna de las niñas.
Según la información adelantada por Las Provincias, la Unidad de Antropología Forense del Instituto de Medicina Legal de Valencia ha determinado el origen de los cuatro trozos de falanges, aunque no se ha podido determinar ni cálculo de la edad ni el sexo.
Los cuerpos de Miriam García, Toñi Gómez y Desirée Hernández, las niñas de Alcàsser de 14 y 15 años que desaparecieron en noviembre de 1992 fueron encontrados tres meses después, el 27 de enero de 1993 enterrados en el paraje de La Romana. Por el triple secuestro, violación y asesinato fue condenado a 170 años de cárcel Miguel Ricart, que salió de prisión en 2013. El otro considerado autor de este suceso, Antonio Anglés, huyó y figura en paradero desconocido desde entonces.