Narcotráfico
Muere un ocupante de una narcolancha al chocar con una patrullera de la Guardia Civil en Algeciras
La embarcación, cargada de hachís, colisionó con la patrullera 'Río Navia' durante una vigilancia en Cala Arena. Otro ocupante resultó herido.

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Un nuevo incidente en aguas del Estrecho de Gibraltar se ha saldado con una víctima mortal tras la colisión entre una narcolancha y una patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. El suceso ocurrió la madrugada de este sábado frente a la costa de Cala Arena, en Algeciras, Cádiz, según han confirmado fuentes del Instituto Armado a la agencia EFE.
Durante una operación de vigilancia rutinaria, la embarcación de la Guardia Civil, identificada como 'Río Navia', fue embestida por una narcolancha que transportaba un cargamento de hachís. En el choque falleció uno de los ocupantes de la lancha rápida, mientras que otro resultó herido. No se ha precisado cuántas personas viajaban a bordo.
Fuentes cercanas al caso, citadas por medios locales, señalan que el impacto fue especialmente violento y que el lateral de la patrullera quedó gravemente dañado. A pesar de ello, los agentes que iban a bordo no sufrieron heridas, según han confirmado desde el entorno de la Comandancia.
"Tienes que elegir si ponerte el chaleco antibalas o el salvavidas"
"Quiero que la sociedad entienda que detrás de cada Guardia Civil o Policía Nacional hay una persona, y detrás de esa persona, una familia que también sufre", expresó Rafael Sánchez, agente de 44 años, al que un servicio rutinario hace ya más de seis meses le cambió la vida por completo.
Todo ocurrió en la desembocadura del Guadalquivir, cuando Rafael y sus compañeros recibieron varios avisos sobre la presencia de embarcaciones sospechosas en la zona. Finalmente, se les ordenó salir con la patrullera para interceptarlas. "Sabemos que poco podemos hacer frente a las narcolanchas; solo esperar que se queden sin gasolina o sufran una avería", explicó Rafael.
Durante ese operativo, una de las cinco lanchas cargadas de hachís que procedían de Marruecos decidió arremeter directamente contra la patrullera. Las otras cuatro esquivaron a los agentes, pero esta impactó frontalmente a más de 70 nudos, es decir, a unos 130 km/h. La colisión dejó a Rafael con una grave lesión en la zona lumbar (L5-S1), que le provocó un pinzamiento del nervio ciático y le ha mantenido alejado del servicio desde entonces.
"Tuve suerte de que el golpe fuera en la espalda. Si me llego a dar con la cabeza, no estaría contando esto (...) Creí que iba a morir, pero lo que más me angustiaba era mi familia. Tengo una hija de 11 años que me escribía de madrugada para pedirme que no me enfrentase a los malos", recordó angustiado.
Natural de Jerez, Rafael ha dedicado toda su vida al servicio público. Se incorporó al ejército con solo 18 años y después pasó a formar parte de la Guardia Civil. Habla de su trabajo con vocación, pero también con preocupación por la falta de medios. "Nos ponen en la tesitura de elegir entre llevar chaleco antibalas, que si caes al agua te puede hundir, o un salvavidas que te permite flotar, pero no te protege si te disparan. Y lo peor es que existen chalecos con flotabilidad hechos en España, pero se venden a cuerpos de policía de otros países".
Hoy, más de medio año después del accidente, su prioridad es recuperarse y cuidar de su familia, que ha sido su mayor apoyo durante este tiempo. También ha retomado sus estudios de Derecho en la Universidad de Cádiz, con la esperanza de graduarse en 2026 y abrir una nueva etapa en su vida.
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