León
Muere un hombre atragantado cuando comía en un restaurante en León
El hombre comía en el Palacio de Canedo, un establecimiento de hostelería de Prada a Tope, cuando murió atragantado.
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Un hombre de 62 años ha muerto a causa de un atragantamiento cuando comía en el Palacio de Canedo, un establecimiento de hostelería de Prada a Tope ubicado en el municipio de Arganza, León. Los hechos ocurrieron a primera hora de la tarde del día de Reyes.
El servicio de emergencias 112 de Castilla y León ha informado del suceso. A las 15:13 horas recibieron el aviso solicitando asistencia para un comensal que se encontraba en el citado establecimiento y que había sufrido un episodio de atragantamiento.
Al momento se activó a la Guardia Civil y se envió al lugar del incidente una UCI móvil. Sin embargo, el personal sanitario solo pudo certificar la muerte de la persona afectada.
El suceso conmocionó al establecimiento hostelero, que celebraba el 6 de enero con un importante número de comensales.
Qué hacer en caso de atragantamiento
El atragantamiento ocurre cuando un objeto se aloja en la garganta o en la tráquea y bloquea el flujo de aire. En estos casos, son varios los signos que lo indican: una o ambas manos apretadas en la garganta, expresión de pánico, incapacidad de hablar, respiración forzada, sonidos chirriantes al intentar respirar, tos, pérdida del conocimiento o cambio de color en piel y labios.
Si la persona que sufre el atragantamiento puede toser con fuerza, se recomienda que siga tosiendo. En caso de no ser así y que tampoco pueda llorar ni reír con fuerza necesitará primeros auxilios.
Para evitar el atragantamiento de una persona existe la conocida maniobra de Heimlich. Para realizarla hay que ponerse detrás de la persona que se está atragantando y formar un puño con una mano. Después, hay que colocar el puño con el lado del pulgar contra el vientre de la persona por encima del ombligo, pero por debajo del esternón. Seguidamente agarrar el puño con la otra mano y dar una compresión rápida hacia arriba.
En caso de que se trate de un niño hay que aplicar una leve presión, aunque firme, para evitar dañar los órganos internos. Solo queda repetir la maniobra hasta que el objeto haya salido.
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