Un 20% de la población española está dispuesta a donar dinero a una ONG, pero solo el 6% estaría dispuesto a colaborar como voluntarios. Aunque las mujeres de más de 44 años son las que más colaboran con esta causa, con la llegada del verano muchos jóvenes se suman.
Renuncian a sus vacaciones para dedicar su tiempo de descanso a proyectos de cooperación, viajan a otros países y ayudan a muchos niños que están en riesgo de caer en la delincuencia o, incluso, en la prostitución.
Marisa Caprile, de la ONG Por La Sonrisa de un Niño, asegura que la juventud española es "fuerte, generosa, valiente y dispuesta a dar las 24 horas del día" para ayudar a los demás.
Los jóvenes de esta ONG educan a los menores en un campamento de verano. Con estas labores no solo ayudan a los niños que están en riesgo de caer en la violencia, la prostitución o el alcoholismo y las drogas, sino que ellos mismos aprenden una lección de vida. "Valoras mucho lo que estás haciendo y sientes una recompensa por tu esfuerzo", comenta uno de los voluintarios.
Muchos repiten año tras año y ven cómo los niños que conocieron, van creciendo con ellos.
"Somos un grano de arena dentro de algo muy grande", reconoce Elena, una de las voluntarias que, un verano más, dedicará sus vacaciones a ayudar a los demás.