Segundo Martes Santo diferente por culpa del coronavirus. El riesgo de contagio ha impedido que las procesiones salgan esta Semana Santa a la calle, pero no que los fieles salgan de sus casas para venerar a las vírgenes. Cientos de ellos han guardado largas colas para ver los pasos que las iglesias han expuesto desde dentro de los templos.
Como si de un peregrinaje se tratara, los fieles han acudido en masa para ver los pasos de El Narazeno y la Virgen del Rocío en Málaga. Guardando la distancia de seguridad y cumpliendo con el aforo permitido, uno a uno iban entrando en los lugares de culto para rezar y adorar a sus vírgenes.
La misma imagen se repetía en Valladolid para ver a la Virgen de la Veracruz. "Es una pena", decía una de las devotas emocionada, mientras otra aseguraba que "si hay fervor y devoción, todo vale".
El virus no puede con la devoción de los fieles
Muchos de ellos se han mostrado optimistas con la situación. Reconocen que la emoción no es la misma, pero que "el venir a verlas ya es importante".
Este Martes Santo, las colas han llegado a dar la vuelta a las calles, con filas interminables que demuestran una vez más que el virus no puede con la devoción de los más fieles. "Lo queremos y lo sentimos".
Algunos incluso se han llevado sillas y pequeños bancos, conscientes de que las colas podían llegar a durar horas.
Las iglesias de España exponen sus pasos dentro de los templos
Las restricciones y el riesgo de contagio han marcado nuevamente la Semana Santa. Por este motivo, muchas iglesias quisieron recompensar a sus fieles exponiendo sus pasos desde dentro de los templos para que pudieran ser visitados.