Miedo en urbanizaciones de Madrid tras la agresión a dos niñas en Montecarmelo: "Ya no van a entrar"

Los residentes de Montecarmelo, una zona residencial del norte de Madrid, están preocupados y viven días de inquietud. La reciente agresión a dos niñas dentro de una urbanización privada ha generado preocupación entre las familias .

Tras lo ocurrido, las comunidades de vecinos en distintas urbanizaciones de Madrid estudian medidas preventivas para reforzar la seguridad. Algunos se plantean es limitar el acceso de repartidores. "Ya no van a entrar. Van a dejar los paquetes directamente en la conserjería", explican.

El incidente tuvo lugar el pasado fin de semana en una urbanización privada de Montecarmelo. El hombre, de nacionalidad colombiana, llevaba un año trabajando como repartidor en la zona. Los hechos ocurrieron a mediodía, cuando accedió a una urbanización privada para entregar un paquete. Al entrar, observó a varios vecinos en la piscina y se acercó a dos menores. Según fuentes vecinales, les ofreció caramelos para captar su atención. Fue entonces cuando inició la agresión sexual. Una madre, al darse cuenta de la situación, alertó rápidamente a los demás residentes.

Varios vecinos persiguieron al sospechoso. Uno de ellos logró interceptarlo en plena calle y lo retuvo hasta la llegada de la Policía Nacional. "Salí corriendo detrás de ellos, lo plaqué y lo tiré al suelo", comenta el vecino . El hombre fue detenido en el acto. Ya se encuentra en prisión provisional, acusado de agresión sexual a menores.

Fue patrullero en la Policía Nacional de Colombia

El arrestado, identificado como Cristian, es de nacionalidad colombiana. Tal y como ha publicado El Mundo, había trabajado como patrullero en la Policía Nacional de Colombia desde 2015 hasta marzo de 2021. El presunto agresor decidió abandonar la institución tras negarse a participar en prácticas corruptas que, según su testimonio, eran habituales entre sus superiores. Meses después, en junio de 2021, emigró a España con el objetivo de establecerse en Madrid.

En la capital española, trabajaba como repartidor para una importante empresa de paquetería, actividad que desempeñaba principalmente durante los fines de semana. Su zona de reparto incluía urbanizaciones de los barrios de Las Tablas y Montecarmelo. Según relatan algunos vecinos y conserjes de la zona, el comportamiento del detenido variaba según el género: se mostraba cordial y accesible con los hombres, mientras que con las mujeres solía ser distante e incluso hostil.

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