Matrimonios temporales
Matrimonios temporales, poner fecha de caducidad al 'sí quiero' para evitar el divorcio
Un matrimonio con fecha de inicio y de fin. Los matrimonios temporales funcionan así y persiguen evitar divorcios.

Publicidad
Para toda la vida es quizás demasiado tiempo para no poner condiciones, y aún así, durante mucho tiempo en España el 'sí quiero' se daba hasta que la muerte los separaba. Los tiempos han cambiado y con ellos el amor parece haberse ido haciendo más perecedero.
Según los últimos datos publicados por el INE, el número de separaciones y divorcios aumentó en 2024 hasta los 86.595 casos, un 8,2% más respecto al año anterior. La estadística apunta que el "hasta aquí" de las parejas españolas llega, de media, tras 16,4 años de matrimonio. Pero las rupturas no son solo una cosa de nuestro país y ya son varios los países que se plantean este incremento de separaciones como un problema al que hacer frente.
Con el fin de reducir los divorcios conflictivos y sus costos emocionales y legales, el Congreso de Jalisco, en México, ha puesto sobre la mesa una curiosa iniciativa: matrimonios temporales, con posibilidad de renovación a los 2-5 años.
Interpretar el matrimonio no como un fin consumado en sí mismo al firmar el contrato sino como una evaluación continua. Desde luego, la iniciativa resulta curiosa, tanto como que buscando información sobre el tema hemos descubierto que no es una propuesta pionera sino que ya en 1998 en España se llegó a registrar un modelo muy similar. Se trata del modelo Reiriz de contrato matrimonial renovable.
Remontémonos a la España de 1998. En ese año vio la luz Google, las nuevas tecnologías empezaban a avisar de la revolución que iban a suponer, pero todavía no había la fiebre de las pantallas que hay hoy en día. Ese año Pedro Duque se convirtió en el primer astronauta español en viajar al espacio y Ramón Sampedro se quitaba la vida después de más de dos décadas luchando por la legalización de la eutanasia. ETA seguía asesinando. Y en el ámbito que nos corresponde, las parejas de hecho no tenían escudo jurídico y a nadie se le pasaba por la cabeza plantear el matrimonio homosexual.
Pues en ese año un psicólogo gallego, Jesús María Reiriz, registró un modelo para intentar que los matrimonios fueran contratos más conscientes y evitar así, en la medida de lo posible, los divorcios. No lo hizo solo, para ello contactó con una abogada, Mercedes de la Puente Formoso. Aunque el registro fue en 1998 los trabajos comenzaron años antes. Hablamos con Mercedes de la Puente Formoso para que nos explique cómo fue todo.
"En esa época yo estaba trabajando en el servicio jurídico de varias Asociaciones del Derecho de Familia y este psicólogo estaba buscando dar forma jurídica a una terapia de pareja conductual para que las parejas evolucionaran y pudieran seguir adelante cuanto más tiempo mejor. Hay que ponerse en el contexto de esa época. En el año 98 éramos más tradicionales, no existían leyes de pareja de hecho, registro de parejas de hecho, posibilidad de matrimonio de varias opciones sexuales... Estábamos en otro contexto social. Yo lo escuché, me limité a escuchar y me quedé pensando. Vi que era posible hacer algo. Después nos reuníamos un día a la semana para ir perfeccionando las cosas y fuimos viendo que efectivamente las cosas encajaban y que era posible evitar muchos problemas que todavía hoy en día hay en los juzgados de familia", recuerda la abogada matrimonialista.
El modelo se registró, pero el tiempo lo fue empolvando. Quizás "la sociedad todavía no estaba preparada para esto". "Yo creo que se quedaron con el titular y olvidaron profundizar porque al final lo que estamos haciendo con este modelo es un trabajo técnico de dos disciplinas, la jurídica y la psicológica", indica De la Puente.
Pese a la primera impresión que puede dar el hecho que se ponga fecha de caducidad al matrimonio, el objetivo no es que el mismo se disuelva a los dos años. Todo lo contrario, lo que se busca es que con esa "revisión de la pareja", con ese "chequeo", se puedan abordar problemas en sus momentos iniciales para así lograr una solución.
"Lo podríamos calificar de un matrimonio evolutivo. Ahora supongo que la gente irá captando mejor el concepto, pero en aquella época nos quedamos con la temporalidad y nos olvidamos de que en realidad nuestro modelo, que es el modelo Reiriz de contrato matrimonial renovable, lo que escondía era una técnica de terapia de pareja y de solución de conflictos jurídicos que hay en las parejas de forma habitual. Lo cierto es que podríamos calificar el matrimonio temporal como un matrimonio evolutivo en el que cada pareja es arquitecta de su propia relación, va construyendo su relación y se va adaptando a los cambios porque al verse obligados a chequear su relación cada cierto tiempo lo que se busca es abordar posibles conflictos lo antes posible para poder solucionarlos", dice De la Puente.
Los argumentos para este modelo plantean beneficios psicológicos, "porque obliga a asumir responsabilidades emocionales a la pareja desde un principio y a un compromiso de crecimiento activo en la pareja. También otorga flexibilidad en el tiempo porque las circunstancias varían". Además, "hay una conciencia más real de la evolución de la pareja, se desarrollan más habilidades de comunicación entre las parejas, las parejas son conscientes de que sus formas de comunicarse y de abordar los problemas influye en que vaya bien la pareja". Y desde el punto de vista jurídico también hay grandes beneficios: "Conlleva un ahorro de costes tanto para las familias, porque no tienen que afrontar los gastos de los procesos judiciales, como para el Estado porque aunque aquí en España no tenemos tasas para estos juicios, lo cierto es, que tienen un coste para el Estado de personal".
La pregunta es, ¿está hoy España preparada para este tipo de matrimonio? Mercedes de la Puente ve cambios importantes. "El contexto desde luego es diferente. Yo cuando empecé en Derecho de Familia se tenían los expedientes de distintos colores cuando eran contenciosos o de mutuo acuerdo y fueron creciendo los de mutuo acuerdo". Los datos siguen confirmando esta tendencia, el 79,8% de los divorcios en el año 2024 fueron no contenciosos y el 20,2% contenciosos. Y De la Puente insiste: "De todas formas esto no es incompatible con un matrimonio tradicional porque al final lo que es nuestro modelo, si no se desvirtúa, lo que persigue es que el matrimonio dure para siempre, es lo que que se persigue con esta forma de hacer las cosas diferente".
Más Noticias
-
Última hora incendios en España en directo: preocupación por el incendio de Fasgar (León) a pesar de la mejoría de los 14 focos
-
Rescatan en Cartagena a un niño de 2 años encerrado en un coche a pleno sol mientras su madre hacía la compra
-
Desarticulada en Cádiz una banda que robaba a ancianos haciéndose pasar por técnicos de teleasistencia
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com
Publicidad