Galicia

Manoliño, el delfín al que todos quieren tocar en una playa de Porto do Son

La cercanía de los bañistas al animal ha hecho saltar las alarmas y la Coordinadora del Estudio de Mamíferos Marinos ha pedido que se cierre la playa de Porto do Son al público.

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Comenzó como una atracción para unos pocos hace ahora un par de años, pero la presencia de Manoliño- también conocido como Confi- ha rematado en una peregrinación de bañistas al arenal de Ornanda, en Porto do Son, A Coruña (Galicia), que buscan fotografiarse con el animal. Pero ese no es el mayor problema, cada vez son más los que lo tocan, aprovechando que se acerca a la orilla. "Es más, suben a los niños en el lomo del animal, juegan con él y con las colchonetas, y el comportamiento de estas personas empieza a ser muy preocupante", comenta a Antena 3 Galicia el alcalde de Porto do Son, Luis Oujo.

Esto ha llevado a que esta misma semana la Coordinadora de Estudios de Mamíferos Marinos (Cemma) solicite a las autoridades locales el cierre de la playa para los bañistas. "No estamos siendo conscientes de que aunque a priori el delfín se comporta de un modo amigable con los bañistas, es un animal salvaje y en cualquier momento puede cambiar su actitud con ellos", explica Alfredo López, de Cemma.

Estudian sanciones

Por ahora, Protección Civil y la Policía Local se acercan cada tarde a la playa para intentar minimizar el impacto del delfín sobre los bañistas. "Sobre todo avisamos de que, aunque le fotografíen, lo hagan a una cierta distancia", comentan los agentes. Pero el regidor municipal sostiene que si la actitud de los que visitan la zona no cambia, "tendremos que recurrir a las sanciones". Lo que tiene claro es que no cerrará el arenal, ya que se trata de un área muy turística y perjudicaría a los negocios locales, pero pide prudencia y respeto a los bañistas

El delfín Manoliño se ha convertido en una atracción y varios carteles alertan en el acceso a la playa de la peligrosidad de tocarle. Si las buenas formas se imponen, Confi podrá seguir habitando esas aguas y los bañistas continuarán sorprendiéndose, con prudencia, de su presencia en Porto do Son.

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