Acoso escolar
"Mamá, soy mala, fea y gorda. No quiero ir al colegio", el grito desesperado de una niña que sufre acoso escolar en Tenerife
Un día llegó a casa con quemaduras en el brazo. Se las había hecho una compañera de clase con una plancha del pelo. Un grupo de niñas la tenían atemorizada.
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Patri comenzó a ver comportamientos extraños en sus dos hijas de 12 años mellizas, las dos le suplicaban que las cambiase de colegio. Su madre no llegó a entender el motivo, hasta que descubrió en una de ellas quemaduras y cortes en los brazos. Finalmente, una de las niñas le contó que las quemaduras se las había hecho una compañera con una plancha del pelo, cuando iba al baño del centro.
Un grupo de chicas, también menores como ella, la tenían atemorizada. "Como se lo cuentes a alguien, le hacemos daño a tu hermana", cuenta Patri que le decía su hija. La niña empezó a tener comportamientos agresivos en casa, comenzó a autolesionarse y golpearse la cabeza contra el suelo. En varias ocasiones la han tenido que llevar a urgencias. El último ingreso lo tuvo en Navidad, pasó todas esas fechas hospitalizada.
Los informes médicos y psiquiátricos hablan de los daños ocasionados y los trastornos que sufre la menor presuntamente por haber estado recibiendo acoso escolar en su colegio. Su madre nos cuenta que, pese a exponer el caso a la dirección del centro y la Consejería de Educación, nunca se tomaron las medidas oportunas. "La directora del colegio siempre me decía que eso eran cosas de niñas", comenta Patri.
Sigue arrastrando secuelas
Así que finalmente, decidieron cambiarla de centro. Ahora va mucho mejor, su comportamiento ha cambiado, pero sigue arrastrando graves secuelas, continúa recibiendo tratamiento psiquiátrico y medicación. Patri vive con el temor de que su hija se quite la vida. porque en varias ocasiones ha tenido intentos de autolisis.
No es el único caso en el centro escolar
El de las hijas de Patri no es el único caso de acoso escolar en el mismo centro. Otra madre, Yudenia, también expone el calvario que vivió su hijo, también de 12 años. Ahora tiene 13 años y también lo ha tenido que escolarizar en otro colegio. "Mi hijo es un niño de altas capacidades, se ve en su expediente académico y así lo dicen los informes que se le han realizado", comenta Yudenia.
Ella relata cómo los acosadores comenzaron a robarle el material escolar: "Primero comenzó a faltarle objetos pequeños, hasta que un día llegó a casa sin libros, valorados en 300 euros". "La intención de sus compañeros acosadores era perjudicar sus notas", insiste su madre. También lo puso en conocimiento del colegio, pero la misma respuesta, dice: "Son cosas de niños".
Yudenia comenta que, en su caso, su hijo le cuenta siempre las cosas. Y eso le sirvió para estar en alerta desde que se encendió la alarma de un posible caso de bullying hacia su hijo. Sigue denunciando que el acoso escolar es un problema muy presente en los centros y muchas veces no se toman las medidas correctas, como en su caso. Porque fue ella, junto a su marido, los que optaron por cambiar a su hijo de colegio.
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