Los niños de un colegio de Zaragoza caminan más de medio kilómetro diario para llegar a un comedor donde almorzar

Los niños de un colegio de Zaragoza no tienen comedor desde hace nueve años. Sus padres preparan la comida cada mañana y la guardan en 'tuppers' dentro de una nevera en clase. Al llegar la hora de comer, los pequeños deben caminar más de medio kilómetro hasta llegar a una sala provisional en la que almuerzan.

Esta es la medida, supuestamente provisional, que llevan adoptando en los últimos nueve años tras el cierre del comedor del colegio. Los padres deben pagar 80 euros por niño para que unas monitoras los acompañen al comedor temporal y cuiden de ellos. Exigen una sala para comer en el colegio.