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Desahucio

Lloros por el desahucio en Barcelona que denunció Irene Montero

Los agentes de los Mossos comenzaron a cargar contra los manifestantes para acceder hasta la puerta de la vivienda, que tiene una orden judicial de desalojo.

Livia y Juan, padre de tres hijos, se enfrentaban este viernes a su tercer intento de desahucio después de que los Mossos fracasaran en los dos intentos anteriores. En Octubre, Irene Montero subió un vídeo a Twitter en el que denunciaba la situación de esta familia y pedía a su arrendadora, Esther Arguerich, que se sentara a negociar para buscar una solución.

Este viernes había concentradas cerca de 200 personas para impedir un tercer intento de desahucio por parte de la Policía. De las 200 personas convocadas, al menos 70 se encontraban en el interior del portal de la vivienda, situado en el barrio de Gracia. Se trata de un piso de 140 metros cuadrados, donde Livia y Juan llevaban viviendo más de 10 años.

Para este viernes había dos procedimientos judiciales, una por la orden del juez de desalojo y, la otra, por la denuncia de la propietaria en los tribunales. Ante la imposibilidad de avanzar por parte de los agentes, se han vivido momentos de tensión cuando estos han comenzado a cargar contra la multitud.

Jordi, marido de Esther y también propietario del piso, critica duramente a esta pareja porque dice que han mentido. "Nos dijeron que se habían quedado sin trabajo. Entonces, les bajamos 100 euros y luego se lo mantuvimos con la condición de que se buscaran un nuevo piso".

Según nos cuenta Jordi, el matrimonio les dijo que "no" porque "estaban ya hechos al barrio". Además, el arrendador denuncia que los inquilinos se dedicaban a alquilar habitaciones del apartamento para "sacarse un dinero en negro". "Lo que hace esa gente es ilegal", denuncia.

Además, Jordi asegura que lo que ellos dicen no es verdad. "Nosotros sí que nos hemos sentado a negociar", afirma.

"Por el piso deberían estar pagando mínimo 2.000 euros, que es el precio de mercado, y han estado pagando 1.000 euros", asegura. "Les ofrecimos una segunda vivienda más pequeña, cerca de la plaza de la Glorias por unos 700-800 euros, de 3 habitaciones", nos dice. Finalmente, Jordi carga contra el matrimonio: "Son unos impresentables y se tienen que ir. No les queremos", concluye.

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