Inmigración

Llega a Canarias una media de 290 inmigrantes irregulares diarios en los primeros 10 días de febrero

"Hemos tenido que reforzar los equipos con personal voluntario de Andalucía", dice José Antonio Rodríguez Verona, responsable del equipo de primera respuesta de emergencia en costa de Cruz Roja en Canarias.

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La llegada de cayucos a Canarias continúa sin descanso en este 2024. Solo en el mes de enero se registraron números sin precedentes, llegaron a las islas 7.270 personas. Es una cifra que multiplica por 15 la del mismo periodo del año pasado. En los diez primeros días del mes de febrero, han llegado cerca de 3.000 personas y los servicios de emergencia no dan abasto. Los voluntarios de Cruz Roja son los primeros que atienden a los inmigrantes al tocar tierra, les ayudan a bajar de la salvamar y les reparten mantas.

"Hemos tenido que reforzar los equipos con personal voluntario de Andalucía", dice José Antonio Rodríguez Verona, responsable del equipo de primera respuesta de emergencia en costa de Cruz Roja en Canarias. En lo que va de este año, más del 80% de los cayucos salen de Mauritania, es la nueva vía de salida para las mafias, pero sus ocupantes son de países fronterizos con inestabilidad política como Mali o Senegal, que huyen del conflicto. Además, llegan a todas las islas del archipiélago, concretamente en este mes de febrero han llegado a todas excepto a La Palma.

"Las personas que llegan sobre todo a Lanzarote y Fuerteventura son travesías bastante pequeñas de 2 o 3 días, y no tienen nada que ver con las que llegan a Tenerife o El Hierro que tardan 6 días como mínimo de navegación", afirma Verona. Si calculamos la media de personas que llegan cada día a Canarias en estos primeros días de febrero, la cifra es de unas 290 personas al día.

Este sábado han llegado cerca 230 y lo han hecho en 3 embarcaciones, a Gran Canaria, a La Gomera y la más numerosa a Tenerife con 146 personas a bordo. El viernes llegaron otras 250 personas a Canarias en cinco embarcaciones. Las barcazas se acumulan amarradas en el muelle de Arguineguín hasta que la empresa encargada de su limpieza las va desinfectando, les retira el motor y los enseres personales, y las traslada a un terreno cercano al puerto de Arinaga. Allí se espera que comiencen a ser destruidas en los próximos días.

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