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SEVILLA I PERMANECIÓ CUATRO DÍAS ENCERRADO

Liberado un menor chino que había sido secuestrado en Alcalá de Guadaíra

El joven fue raptado a punta de pistola por cinco compatriotas cuando se disponía a cerrar el negocio familiar. Los secuestradores pedían medio millón de euros para su liberación.

Durante los cuatro días que estuvo encerrado fue torturado psicológicamente por sus captores. El dispositivo policial desplegado culminó con su arresto en el lugar donde acordaron el cobro del rescate y en las inmediaciones del inmueble donde custodiaban a la víctima.

Los familiares del menor contactaron con los especialistas de la Policía Nacional tras recibir una llamada telefónica en la que un individuo, que hablaba en chino mandarín, solicitaba el pago de medio millón de euros a cambio de la vida de su hijo.

Los secuestradores amenazaron en numerosas ocasiones con mutilar al raptado

En otra llamada, fue la propia víctima quien  dijo a su padre que le estaban apuntando con dos pistolas y que si avisaban a la policía, le matarían. De manera inmediata se activó el protocolo establecido para la resolución de este tipo de delitos y un equipo especializado de negociadores se hizo cargo de la investigación.

Las primeras pesquisas apuntaron a que uno de los secuestradores había vigilado desde un automóvil esa misma noche y durante los días anteriores las inmediaciones de la nave industrial de la familia. Los investigadores trataron de localizar el vehículo en los domicilios que le constan a su propietario, otro empresario también de nacionalidad china.

La noche en la que se produjeron las detenciones, los captores exigieron al empresario, padre del menor, una primera entrega de 300.000 euros y le indicaron que se dirigiese a un lugar concreto de la ciudad de Sevilla. Desde allí le dieron instrucciones durante más de cinco horas hasta que, finalmente, acordaron la entrega del dinero en un polígono industrial de la zona.

En ese mismo momento se procedió al arresto de uno de los raptores que pretendía huir con la bolsa del rescate. Otro de ellos, que intentó darse a la fuga, fue alcanzado instantes después. De forma paralela los investigadores habían establecido un amplio dispositivo de vigilancia en las inmediaciones de un domicilio de la localidad hispalense, donde se sospechaba podía encontrarse el rehén.

Cuando se hallaban en el exterior observaron cómo un individuo se deslizaba por una de las puertas de la vivienda. Se trataba del menor, que había conseguido escapar, todavía con restos de la cinta aislante que habían utilizado sus secuestradores para maniatarle.

Los agentes, que procedieron a la detención del resto de implicados en el secuestro, asaltaron el inmueble y comprobaron que no había nadie más en su interior. Entre los efectos intervenidos en el registro de este domicilio y en el vehículo investigado, los agentes hallaron una pistola metálica, bridas, cinta aislante, tarjetas telefónicas compradas para realizar las llamadas a los familiares de la víctima.

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