Primera noche en prisión para la parricida de Girona, que ha reconocido que estaba desesperada y que dio 80 pastillas a su hija, antes de ahogarla en la bañera.
Su defensa alega que padece problemas mentales y el fiscal asegura que mostró una "frialdad terrible", al confesar el asesinato. En la reconstrucción de los hechos, Maria Àngels no mostró arrepentimiento.
Ahora ha vuelto a relatar ante la jueza cómo acabó con la vida de su hija. Aquel día la recogió en clase de mecanografía y al llegar a casa, según el auto del juez, disolvió en un vaso de agua hasta 80 pastillas que tenía recetadas para ella misma y se lo dio a la pequeña.
La madre le dijo que se lo bebiera, que le iría bien para la garganta porque tenía anginas. Ella confió y se lo bebió.
Poco después su hija de 10 años perdió la conciencia en el sofá. La cogió en brazos, la llevó al baño y la sumergió vestida en la bañera durante 10 minutos. En la autopsia se aprecian signos de ahogamiento.
Acusada de asesinato, la magistrada ha decidido enviar a la madre a prisión provisional. Según el abogado de la acusada, basícamente lo que se hará allí es hacerle una segunda valoración para ver si se le interna en un centro psiquiátrico o se queda hasta el final el juicio.
Maria Àngels había estado ingresada en un psiquiátrico una semana antes de acabar con la vida de su hija. Su hermana ya había iniciado los trámites para incapacitarla, pero esa incapacitación no llegó a tiempo.