Gabriel Cruz murió en el
municipio almeriense de Hortichuelas. Allí, más de un año después del suceso, los vecinos mantienen esas sensaciones de dolor y rabia, que acabaron dejando
los once días de búsqueda del pequeño.
En el pueblo están pendientes del juicio y de las declaraciones de Ana Julia, a la que dicen no creerse. “Estábamos en la casa de
una vecina. Ella hacia un papel. Decía
pobrecito donde estará”. Cuenta un vecino sobre la asesina confesa.
Los vecinos no
entienden como pudo fingir durante tanto tiempo. Con esta incredulidad
viven los vecinos, que aseguran que este caso les ha marcado para siempre. Por
eso muchos prefieren vivir el juicio en la más estricta intimidad.
Este caso lo cambió
todo en un pueblo donde viven 20
familias. Ahora el silencio es la nota dominante.
En ‘Las Negras’ donde se estableció el puesto de mando más de 1.300 personas estuvieron buscando a
Gabriel. Algo que ha dejado huella en un pueblo que todavía intenta
recuperar su día a día