La consellera de Sanidad Universal, Carmen Montón, ha explicado que se va investigar el caso de una enfermera del Hospital Clínico de Valencia que se negó a administrar un medicamento biopeligroso a un paciente porque estaba embarazada pero que no había comunicado esta condición para poder poner en marcha los protocolos de seguridad porque "nunca puede un paciente dejar de recibir su tratamiento por ningún condionante". Por su parte, CECOVA ha rechazado el expediente incoado contra dos enfermeras y ha anunciado que estudiará "acciones legales contra los responsables sanitarios de este expediente y en defensa de la seguridad de los profesionales y pacientes".
Montón, tras una visita al hospital La Fe, ha explicado que el supervisor de planta elevó esta situación al gerente y éste a la conselleria y que se va a investigar lo sucedido porque es "muy grave que se ponga en riesgo el tratamiento de un paciente". "Un paciente no recibió de manera adecuada su tratamiento y estos es algo que en la sanidad pública valenciana no puede ocurrir", ha recalcado.
En ese sentido, ha recalcado que esta enfermera no comunicó que estaba embarazada y por tanto no se pudo poner en marcha "todos los protocolos que existen para las mujeres embarazadas en la sanidad pública valenciana" y que permiten desde una adaptación de su puesto de trabajo, modificar el lugar donde trabaja o incluso coger una baja. En ese sentido, ha incidido en que en Recursos Humanos de la conselleria hay "muchas fórmulas y amplias para que los profesionales puedan desempañar su labor sin poner en riesgo el tratamiento de los pacientes".
Sin embargo, "como no se tenía esta información no se pudo actuar". Además, ha recalcado que la sanidad pública valenciana tiene "todas las garantías para la manipulación de todos los medicamentos incluidos los biopeligrosos".