Han pasado 13 días desde que el pequeño Julen, de tan solo dos años, cayó en un pozo en la localidad malagueña de Totalán. El experto, Alfonso Egea, muestra el lugar donde están cavando no se parece en nada a como se encontraba el día que se reunió la familia para comer.
Al principio, todos se planteaban si biomecánicamente era posible que un niño de dos años cayera tan profundamente en un pozo que tiene apenas 25 centímetros de diámetro. Egea considera que eso lo veremos dentro de poco, cuando los mineros rescaten a Julen. Los técnicos están convencidos de que está a 73 metros de profundidad, donde se encuentra el tapón.
Hay una investifación abierta, el juzgado de instrucción número 9 de Málaga es el que ha recibido el atestado ralizado por el cuerpo del Seprona de la Guardia Civil, explicando que ocurrió el día que Julen cayó en el pozo. Los nervios lógicos del momento han hecho que el padre del niño y uno de los familiares cuenten alguna versión de cómo cayó el niño.
Lo fundamental es que estaban haciendo una paella, los adultos se despistan, Julen comienza a caminar solo por el descampado donde se encuentra el pozo y en un momento dado se le pierde el rastro.
Haber encontrado dentro del pozo una bolsa de chuches o cabello del niño, son argumentos totalmente más que suficientes como para demostrar eso.
Egea recuerda cuando los técnicos plantearon la posibilidad de hacer tres túneles para llegar a Julen. Uno alrededor del pozo donde cayói el niño, el túnel paralelo y uno horizontal. La montaña ha impuesto sus normas, creada de roca durísima y ha permitido hacer solo un túnel de hasta 80 metros de profundidad. ¿Cómo se ha hecho? "Se ha vaciado toda la montaña, una zona que tenía árboles. Se han sacado hasta 400 camiones de tierra.
Ahora mismo hay cuatro metros entre un túnel y otro pero los mineros se encargan de acercarse cada vez más al pequeño.Parte del acercamiento ha sido gracias a los explosivos que han utilizado.
