Nochevieja atípica en Barcelona, donde se ha reducido la incidencia respecto a otros años debido a las restricciones por el coronavirus. Sin embargo, no todos las han cumplido. Desde fiestas ilegales en viviendas incumpliendo el máximo de personas hasta otras que no respetaban las limitaciones horarias y recorrían a placer las calles de la ciudad condal de madrugada.
Tanto los mossos como los agentes de la Guardia Urbana intensificaron los controles de seguridad para evitar la propagación del coronavirus durante el último día del año. Por esto, aunque ocurrieran menos incidentes que otros años, los agentes tuvieron trabajo durante toda la noche.
Lo más frecuente, el incumplimiento de las restricciones horarias (a partir de la una de la madrugada en Barcelona) y el positivo en alcoholemia al volante. Pero sin duda uno de los hechos más violentos de la noche tuvo lugar en este cajero.
Los mossos investigan lo sucedido, pero a falta de confirmación oficial la principal hipótesis apunta a que varios individuos entraron al cajero y sacaron a un indigente que dormía dentro. Después intentaron sin éxito llevarse el dinero del cajero.
Cuando llegaron los mossos los cristales del cajero estaban rotos. Los hechos sucedieron poco antes de las doce de la noche, cuando la inmensa mayoría se encontraba en casa esperando las campanadas que darían comienzo a un nuevo año.