Energía

La incesante sequía desploma la producción hidráulica y dispara el uso del gas, cuyo precio no para de subir

La sequía no permite generar electricidad como se quisiera mediante producción hidráulica, lo cual supone que deba usarse más gas, con unos precios en continuo ascenso.

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Los problemas a nivel energético no paran de acumularse en Europa, y España es uno de los países más perjudicados en todos los niveles. Si bien nuestra dependencia del gas no viene de Rusia, los precios continúan disparados y hay quienes ya buscan alternativas para reemplazarlo. El problema está en que la sequía ha generado una escasez de agua nunca vista, y ello ha frenado en seco la producción hidráulica que hay a lo largo de todo nuestro país.

Y, en consecuencia, debe aumentarse el consumo de gas para compensar la caída de la producción hidráulica. En el caso de España, la dependencia gasística procede directamente de Argelia, país con el que ha habido numerosos conflictos diplomáticos y también ha llegado a amenazar con cortar el suministro. Así, nuestro país empieza a tener problemas para la generación de electricidad, que podrían verse compensados con las lluvias que se prevé que llegarán pronto.

En España, existen reservas que podrían ser explotadas para uso propio, pero el Congreso de los Diputados negó hace meses la posibilidad de hacerlo. Sucede con el uranio, que, con las reservas que tiene España, podría llegar a emplearlo por su propia cuenta en un plazo estimado de dos años. Pero, mientras no se dé la autorización para hacerlo, resultará imposible, y habrá que seguir dependiendo de otros métodos que empiezan a generar dificultades.

La peor sequía desde el siglo XVI

La actual sequía en Europa está generando los mayores problemas en 500 años en el continente. Desde que hay registros, no se han visto unas cifras tan malas en toda Europa. El mejor ejemplo para explicarlo se basa en el 63 % del continente, que está en riesgo de sequía, y que supone un problema añadido a los cortes de gas que muchos países están llevando a cabo para dejar de depender enérgicamente de Rusia, como sucede con Alemania.

Los precios del gas, que acumulan varias subidas consecutivas, preocupan a la comunidad internacional, que apela a lo que llaman un 'ahorro energético' para combatir esta situación. En España, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha comunicado este martes que la demanda eléctrica ha caído un 3,9 % en la primera semana en que se han aplicado las medidas de ahorro energético que aprobó el Gobierno el pasado 1 de agosto.

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