Brutal aplastamiento
Un hombre muere aplastado entre un coche y la pared de un garaje en Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real)
El fallecido se quedó atrapado entre el vehículo y una de las paredes de su garaje particular.
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Un brutal aplastamiento ha tenido lugar la madrugada de este jueves. Un hombre de 51 años ha muerto al quedar atrapado entre un turismo y la pared de un garaje particular en una finca de Argamasilla de Calatrava, municipio de la provincia de Ciudad Real.
Fuentes del servicio de emergencias 112 Castilla-La Mancha han informado de que el suceso ha tenido lugar alrededor de las 4:00 horas de la mañana en el garaje de una finca particular ubicada en el kilómetro 169 de la carretera nacional N-420, vía que une Córdoba y Tarragona por Cuenca.
El fallecido ha quedado atrapado entre el vehículo y una de las paredes, sin posibilidad de escapar. Un médico de urgencias y una UVI móvil se han desplazado hasta el lugar del suceso. Allí han podido atender a la víctima, que aún estaba con vida en el momento de la llegada de la ayuda.
Pese a los incansables esfuerzos de los sanitarios, el hombre finalmente ha fallecido. Varios agentes de la Guardia Civil y los bomberos del parque de Puertollano (Ciudad Real) se trasladaron al lugar del accidente con la misión de sacar el cuerpo de la víctima del sitio en el que quedó atrapado.
Otros casos similares
Un suceso parecido ocurrió el mes pasado en México cuando una niña de tan solo seis años perdió la vida en un hospital público en el estado de Quintana Roo, trasser aplastada por un ascensor mientras la estaban trasladado en camilla a la zona de hospitalización. La menor estaba ingresada en el Hospital General de Zona número 18 cuando la trasladaron en una camilla hacia la mencionada área. Para el traslado, los sanitarios utilizaron un ascensor. Lamentablemente, la niña no entró en el elevador en su totalidad, de manera que, cuando pulsaron el botón para subir de planta, la pequeña terminó prensada.
Otro caso similar se produjo también el mes pasado. En esa ocasión fue en Brasil, cuando una niña de tres años murió al ser aplastada por un televisor. La menor estaba ese día al cuidado de unos familiares. En el momento del accidente, la niña se encontraba jugando sola en la sala de estar. Al escuchar el fuerte ruido provocado por la caída del televisor, los familiares de la pequeña corrieron a la habitación donde esta se encontraba. Una vez allí, vieron la terrible escena y decidieron llamar a los servicios de emergencia. Cuando los sanitarios llegaron a la casa y vieron las heridas de la niña, decidieron trasladarla al centro médico más cercano.
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Fue allí cuando los doctores estudiaron la gravedad de las secuelas del aplastamiento y volvieron a trasladar a la menor, esta vez a un hospital más grande y preparado para este tipo de circunstancias. En el hospital diagnosticaron a la pequeña un traumatismo torácico y, pese a los incansables intentos de los médicos, acabó falleciendo esa misma tarde.
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