Trata infantil

La historia del capellán que dio un tricornio al Papa y que ahora lucha contra el tráfico de órganos de niños

El capellán Ignacio María Doñoro, que en 2005 le dio un tricornio al Papa, ahora está preseleccionado al el Premio Princesa de Asturias de la Concordia por su lucha contra las mafias que trafican con órganos de niños.

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En 2005, el papa Benedicto XVI se colocaba un tricornio de la Guardia Civil. El capellán que se lo ofreció está preseleccionado para los Premios Princesa de Asturias de la Concordia. Se llama Ignacio María Doñoro, en la actualidad en excedencia como capellán del Ejército. Su misión ahora está en Sudamérica donde ha rescatado a 300 menores de una muerte segura. Muchos de ellos, son vendidos a organizaciones mafiosas que se dedican al tráfico de órganos.

Tuvo que comprar al primer niño que compró en El Salvador. "25 dólares costaba la vida de un niño y yo pagué un dólar más", cuenta. De esto hace 30 años y desde entonces vive bajo la amenaza de los traficantes de órganos.

"Yo soy consciente de que no voy a morir en la cama de una enfermedad", dice. Para sobrevivir ha hecho de todo. En un ocasión, explica, salvó la vida por hacerse el muerto para que no le identificaran como español porque estaban buscando a uno que estaba salvando niños del tráfico de personas.

Ahora su misión está en Hogar Nazaret en Perú. Ha conseguido que chavales como Ricky, que no sabían leer, hayan llegado a la universidad. Este niño es el mayor de 300.

Cuenta que es muy fácil hacer desaparecer a un menor. Tan solo hace falta borrar su identidad en el censo y en los servicios de salud. Está preseleccionado a los Premios Princesa de Asturias de la Concordia. Para él sería "el reconocimiento de un niño que lo sacas de la nada, de la basura y de la miseria más absoluta y que salga de universitario y que pueda cambiar la sociedad".

Dice que la vida es demasiado corta como para vivir solo "como un cura".