Valladolid

Con gustos refinados y muchas excusas, el perfil y modus operandi del 'rey del simpa' de Valladolid

El hombre va visitando bares y restaurantes de distintos barrios hasta que es pillado. Los agentes no pueden detenerle porque consumiciones son inferiores a los 400 euros.

Publicidad

Se le conoce como 'el rey del simpa'. Se va de bares y restaurantes sin pagar lo que consume. Ha vuelto a hacerlo en tres locales de Valladolid y en cuestión de horas. Es ya conocido entre los hosteleros, pero esta vez ha agredido al propietario de un bar.

Entra en un establecimiento, pide lo que le apetece y se va sin avisar o sin pagar. Trae en jaque al sector hostelero de Valladolid y es conocido en toda la ciudad. En su último golpe dejó a deber 10 euros en un bar. "Un cliente nos avisó de que creía que estaba allí", explica un hostelero.

Intentó repetir la operación en otro y terminó agrediendo al propietario de un tercero. "Acabó a tortazos con el propietario, pero los policías le dejaron ir", denuncia la propietaria de un establecimiento.

La semana pasada ya fue detenido por agredir a un agente. El hombre se negó a pagar la cuenta en dos de los locales a los que acudió. En uno de ellos, los hosteleros llamaron a la Policía Local de Valladolid. Los agentes se personaron en el lugar y procedieron a su identificación. El varón amenazó gravemente y agredió a los mencionados agentes, por lo que terminó detenido por un delito de atentado a la autoridad.

Así actúa

Este hombre actúa por el día y por la noche. Come y bebe lo que le apetece y cuando le traen la cuenta comienza la retahíla de excusas. "Que si no lleva la cartera, que, si tiene que ir su hermana a pagar", explican.

Se caracteriza por sus gustos refinado en la mesa y lleva más de 20 visitas a dependencias policiales. Todas las facturas de sus consumiciones son inferiores a los 400 euros, es decir, comete un delito menor y por eso los agentes tienen que limitarse a identificarlo sin poder detenerlo. Le imponen una multa, que, al no tener recursos, no paga. Mientras no cometa un error de cálculo matemático seguirá siendo uno de los mayores peligros para la hostelería vallisoletana.

Publicidad