Las casas de un barrio del municipio de Güímar en Tenerife están construidas junto a una cueva. Algunas de ellas se han construido debajo de esa cavidad. En estos 30 años los vecinos se han llevado algún susto, pero nunca tan grave como el de este domingo. Piedras de varias toneladas han caído sobre las viviendas sin provocar heridos ni muertos.
Y es que los habitantes de Güímar viven bajo el constante riesgo de un posible derrumbe de la cueva. Esta vez no ha habido que lamentar ningún muerto o herido, pero 20 casas han sido desalojadas hasta que arquitectos verifiquen la seguridad de la cavidad y confirmen que no existe riesgo de más derrumbes.
Ante esta situación el ayuntamiento de la localidad tinerfeña ya está estudiando la posibilidad de revestir la cueva para evitar futuros desprendimientos de roca. Hasta que llegue ese momento los habitantes de esta pequeña localidad pesquera de Tenerife vivirán con la incertidumbre de otro posible derrumbe.