La Guardia Civil desticula una de las organizaciones más activas de Canarias

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NUEVE DETENIDOS

La Guardia Civil desarticula una de las organizaciones de narcotráfico más activas de Canarias

La Guardia Civil ha dado por desarticulada una de las organizaciones de narcotráfico más activas de Canarias después de llevar a cabo en Tenerife una intervención en la que han sido detenidas nueve personas e incautados 2.650 kilos de hachís, embarcaciones de pesca y varios vehículos.

Las autoridades desarticulan una de las narco-organizaciones más fuertes del archipiélago canario. La intervención ha sido realizada en Tenerife con el nombre de Cardon/Samurai y los detenidos, siete españoles y dos marroquíes, contaban con el apoyo de algunas personas vinculadas a la pesca legal que, ejerciendo su actividad, se adentraban en alta mar para recoger el hachís que otros barcos trasladaban desde Marruecos.

Algunos de los detenidos son considerados como los narcotraficantes más activos e históricos de Canarias por su capacidad para introducir varias embarcaciones de droga al mes.

La operación se inició a finales del pasado año, tras tener información de que una organización asentada en Tenerife tenía capacidad para comprar, transportar, ocultar y distribuir importantes cantidades de hachís procedente de Marruecos.

Los investigadores determinaron que el jefe de la organización es un varón de nacionalidad marroquí asentado en el norte de Tenerife, que se encargaba de mantener los contactos con los productores de hachís en Marruecos, país al que viajaba con frecuencia para adquirir la droga y organizar su traslado a Tenerife.

Además, una persona de nacionalidad española se encargaba de dirigir una activa infraestructura con gran capacidad de acción, que podía introducir en las costas canarias varias embarcaciones con droga al mes, se agrega en el comunicado.

Esa infraestructura permitía organizar el traslado y recepción de la droga y su ocultación en diversos zulos o guarderías (locales, pisos y garajes), hasta que otros miembros de la organización se hacían cargo de la distribución y venta de los estupefacientes.

La organización tenía capacidad para modificar la forma de actuar cuando surgían dificultades, llegando a prescindir de los barcos pesqueros con los que trabajaban e introduciendo la mercancía directamente a través de embarcaciones semirrígidas, y en ocasiones arrojaban los fardos de estupefacientes al mar para evitar ser detectados.

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