España vaciada

Fuerzan una cerradura para jugar a las cartas en un pueblo leonés y acaban desalojadas por la Guardia Civil

Las mujeres del pueblo leonés de Quintana y Congosto lanzan un órdago para recuperar un local donde echar la partida. Forzaron la cerradura para entrar al local municipal donde habitualmente juegan a las cartas y fueron desalojadas por la Guardia Civil.

Órdago para recuperar un local donde echar la partida

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Órdago de las mujeres de Quintana y Congosto al Ayuntamiento de la pequeña localidad leonesa, que tiene unos 350 habitantes. Forzaron la cerradura para entrar al local municipal donde habitualmente juegan a las cartas y fueron desalojadas por la Guardia Civil, ahora reclaman un local donde poder seguir echando la partida.

Victorina, Nectalina o Vitalina se reúnen en casa de Feli, después de que se hayan quedado sin el local donde cada día jugaban a las cartas en la localidad situada en la provincia de León, donde han estado durante siete años.

Hasta que un día llegaron al local, no encontraron la llave y decidieron forzar la cerradura. "Pensando que la llave había quedado dentro o se había extraviado", explica una de ellas mientras señala la cerradura. "Eso nos había pasado muchas veces, serrabamos un tornillito y volvíamos a entrar", argumenta una de las vecinas.

La sorpresa fue mayúscula cuando llevaban una hora dentro y llegó la Guardia Civil, quienes les pidieron la documentación y las desalojaron. "Al vernos jugando a la brisca dijeron, pero si aquí solo hay señoras jugando", comentan.

¿Venganza de la alcaldesa?

Ellas lo achacan a una venganza de la alcaldesa y su equipo. "Estaba influenciada por el mal resultado de las elecciones", explica una de las vecinas. La regidora del municipio, Yolanda Miguélez, lo desmiente: "No se puede entrar a la fuerza en un sitio porque yo lo valgo", argumenta la alcaldesa.

Los reproches son constantes: "Han cometido un delito que es el allanamiento de un edificio público". Ahora estas vecinas lanzan un órdago al Ayuntamiento para que les devuelva un espacio para seguir jugando a la brisca.

El anterior alcalde les había dejado el local, la casa del médico que estaba vacía, para que tuvieran un espacio donde poder compartir sus ratos de juego. Esta situación ha llegado al pleno municipal.

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