Plan Especial de Protección
El fuego se combate antes de que llegue: así se protegen las casas de las llamas
Cada vez se construyen más y más casas cerca de los bosques. Antes solo los pueblos se exponían a un grave peligro de incendio forestal, pero ahora proliferan las urbanizaciones y urge que los propietarios de las casas que lindan con el campo tomen medidas especiales para evitar que sus casas se quemen si las llamas se acercan.

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Cuando se produce un incendio forestal, las casas más próximas al monte son las que más riesgo corren. Están en lo que los expertos llaman LA INTERFAZ entre las poblaciones y el bosque: algo así como una frontera invisible entre la zona habitada y la forestal. Y en esa zona se pueden realizar muchas actuaciones para evitar que un incendio forestal pueda llegar a las zonas pobladas: pueblos y urbanizaciones.
Nos cuenta Enrique Fernández, Oficial del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid e Ingeniero Forestal, que una de las medidas clave sería crear un perímetro desbrozado alrededor de esa zona de viviendas, con una anchura recomendable de unos 25 metros. A un lado y otro de esa franja, el pasto debería estar desbrozado a ras de suelo y las copas de los árboles podadas para separarlas unos metros entre sí. De esta forma, en caso de fuego, se evitaría una continuidad de combustible y las llamas no correrían a gran velocidad. Enrique nos comenta que dentro de esa franja perimetral alrededor de las poblaciones, debería haber un camino de 5 metros de anchura para que pudieran entrar o salir equipos de emergencias en caso de necesidad: de extinción o sanitarios.
Apenas se realizan simulacros de evacuación por incendio
Además, es muy importante el tipo de vegetación que tengamos en nuestras casas para poder parar el fuego. David Álvarez, portavoz del Colegio de ingeniero de Montes, nos cuenta que hay que evitar a toda costa las arizónicas, cipreses o tuyas: coníferas que poseen mucha resina que es altamente inflamable. Nos advierte también que hay que evitar a su vez poner brezo o plástico en nuestras vallas porque también arden con muchísima facilidad. En cambio, hay enredaderas como la hiedra o la madreselva que guardan más humedad en sus hojas y pueden detener el fuego si no tienen ramas que se hayan secado. Por eso David nos confirma que, en general, hay que limpiar de hojas secas el interior de las parcelas y también los tejados, porque esos restos vegetales arden mucho y, si llegan pavesas de un fuego cercano, podrían inflamar esas hojas secas. En general, hay que concienciar a la población de desarrollar todo tipo de medidas de prevención. La interfaz es un lugar determinante para la lucha por la extinción.
Setos hechos de hiedra o aligustres detienen más el fuego por su mayor humedad en las hojas
Enrique Fernández nos indica que todas las urbanizaciones situadas a menos de 400 metros de una superficie forestal deben tener un Plan de Autoprotección. El hecho es que muchas de ellas no lo han desarrollado, no tienen un Plan de Evacuación que conozcan de cerca los vecinos y no se hacen suficientes simulacros como para estar seguros de que la población sabe qué hacer exactamente en caso de que las llamas rodeen sus viviendas.
Corresponde a las urbanizaciones o, en su caso, a los municipios realizar los planes y los simulacros, aunque los bomberos puedan colaborar para entrenar a los vecinos o dar directrices. También lo puede hacer Protección Civil. Pero, en cualquier caso, no parece ser que se realicen los simulacros necesarios en un país, España, que arde todos los años. Los vecinos dicen no realizarlos a menudo ni saber qué vías de evacuación seguir. Algo que podría costarnos la vida. Demasiado importante para que estos Planes de Protección contra el fuego estén tan descuidados a nivel ciudadano en este país.
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