Fernando Sánchez Dragó
Fernando Sánchez Dragó responde a Irene Montero tras la polémica con Darrechi: "Me he acostado con muchas mujeres y ninguna me ha pedido que usara condón"
"Métase en sus asuntos y no en nuestras alcobas", así contesta el escritor a la ministra de Igualdad tras confirmar que pondrá el caso de Darrechi en conocimiento de Fiscalía.
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"No puedo, me cuesta mucho con condón. Voy a empezar a acabar dentro siempre, sin ningún tipo de problema. Les digo, tranquilas que soy estéril". Estas declaraciones del 'tiktoker' Naim Darrechi le han valido que el ministerio de Igualdad lo haya llevado ante la Fiscalía. Con la nuevaLey del 'solo sí es sí'el 'instagramer' español con más seguidores se enfrentaría a un juicio por posible abuso sexual.
La titular de Igualdad, Irene Montero, ha publicado en su cuenta de Twitter que "quitarse el preservativo o eyacular dentro sin consentimiento es hoy abuso sexual. Presumir ante 26 millones de seguidores de algo así refleja la urgencia de poner el consentimiento en el centro. Lo pondremos en conocimiento de Fiscalía".
Tras el revuelo, el joven mallorquín utilizó las redes sociales para disculparse "por engañar a las chicas". "Quiero pedir perdón de corazón por mi inconsciencia, a veces no me doy cuenta de la responsabilidad que tengo. Lo siento". Aunque, a continuación, detalló que con sus declaraciones "buscaba llamar la atención de los políticos".
La respuesta de Sánchez Dragó
No solo Darrechi ha respondido a Montero. También lo ha hecho el escritor, Fernando Sánchez Dragó. A través de sus plataformas sociales el autor ha querido mandar un mensaje a la ministra: "Me he acostado, doña Irene, con muchas mujeres de las llamadas decentes y ninguna, jamás, me ha pedido que me pusiera un condón. Que eyaculara fuera, sí, y lo he hecho. Eso se llama respeto. Déjelas y déjenos en paz. Métase en sus asuntos y no en nuestras alcobas. Buenos días".
Tras su comentario, la actriz Anabel Alonso ha respondido a Sánchez Dragó con un "grima de principio a fin".
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Otro de los usuarios ha rescatado un pasaje de un libro del autor en el que explica que en Tokio se cruzó con "unas lolitas, pero no eran unas lolitas cualesquiera, sino de esas que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rímel, tacones, minifalda. Tendrían unos trece años".
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