Violencia de género
Eva Afonso, tiroteada por su exmarido, recibe llamadas por error a su dispositivo de control: "Siento angustia al oír el pitido"
Eva es víctima de violencia machista, su expareja le disparó en 2018. Ahora lleva un dispositivo GPS para avisarle si su pareja incumple la orden de alejamiento, pero le suena a menudo por error.
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Hay víctimas de violencia de género que, a pesar de llevar un dispositivo de vigilancia, no pueden vivir tranquilas.
Es el caso de Eva Afonso. Esta víctima de violencia machista tiene un aparato que le avisa si su agresor ha incumplido la orden de alejamiento. Sin embargo, esta especie de GPS para saber si su agresor está cerca, en vez de ayudarla, le está haciendo la vida imposible. Y es que la alarma de este sistema de alerta lleva meses activándose continuamente con llamadas que no tienen nada que ver con su situación. El problema es que la tarjeta SIM de su dispositivo ya se había utilizado con otras personas.
Eva no deja de recibir llamadas de compañías telefónicas o particulares. Llamadas de personas aleatorias que le preguntan por una imprenta o son teleoperadores de compañías telefónicas o eléctricas. ''A veces es una compañía telefónica; otras, un particular que pregunta por una lavandería', cuenta. El Gobierno asegura que se le dio un nuevo aparato para evitar esos cruces, pero ella denuncia que el problema se mantiene.
Eva Afonso ha explicado en las Noticias de la Mañana con Manu Sánchez que no entiende cómo puede seguir con este problema: ya le han cambiado la tarjeta SIM hasta en dos ocasiones, pero no hay solución. "A fecha de hoy me han cambiado el dispositivo dos o tres veces y seguimos igual. En lo que llevamos de mes he recibido llamadas en tres días consecutivos, y de personas que nada tienen que ver con mi agresor", explica.
En constante estado de alerta
Esta víctima explica que este sistema "le da seguridad" porque suena en el momento que el agresor está cerca o si él sale a la calle sin sus sistemas de control, como su propio GPS o la pulsera telemática. Sin embargo, este dispositivo, que debería servir para darle calma, la tiene constantemente en alerta. “No me parece normal que a mí, que tengo bastante tensión porque se pueda acercar el agresor, me pueda llamar cualquier persona!”, exclama mientras recuerda que “un día me llamaron tres personas distintas, una preguntaba si soy una lavandería”.
Ante esta situación, “cuando suena la alarma te alteras, te asustas, sabes que pasa algo… Me suena el bolso y digo ‘ya está el otro, ya está’”. Pero lo peor, asegura, es también todo el protocolo que se activa tras el aviso: “Se pone la Guardia Civil o la administración que sea en funcionamiento y, a veces, para nada si me llaman de una compañía eléctrica”.
Por su parte, la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra apunta que esta usuaria recibió una nueva alarma en enero, y que no le constan más avisos desde entonces. Eva, en cambio, no vive tranquila, y pide, “por favor”, que cambien estos “aparatitos obsoletos”. Las deficiencias son varias, fallos en el GPS o pérdida de batería sin un cargador universal. Lo único que necesita es poder vivir tranquila.
Así comenzaron los problemas con el GPS
"Llevo con él desde 2020, cuando a él le pusieron en libertad. Cuando se estropeó lo cambiaron por otro que daba muchísimos fallos, me lo volvieron a cambiar y fue peor que ninguno. Este último falla menos que el anterior pero sigue llamando gente", relata y añade: "Creo que para quienes llevamos este tipo de dispositivos deberían poner tarjetas nuevas. Bastante sensación de angustia tenemos".
En diciembre de 2018, Eva Afonso fue tiroteada por su pareja, que, tras presentarse en su casa con un cuchillo, le pegó dos tiros. Los médicos le extrajeron la bala de la cabeza y continuó con vida. A pesar del intento de asesinato, él sigue libre a la espera de juicio.
A día de hoy puede contarlo, pero tiene que convivir con las secuelas psicológicas, físicas y con un aparato de alerta que no deja de sonar. “Lo que me está pasando es que suena y me preguntan por una imprenta, me habla un teleoperador… ¡y es continuamente!”, es la gran queja de esta mujer de Verín que vive en O Grove desde hace años.
Se interesó ella misma por lo que estaba sucediendo porque no podía seguir así, y “me dijeron que estos dispositivos llevan una SIM de números viejos. Yo me quedé loca”, dice con cierto tono sarcástico, esa es la razón de tanta llamada sin sentido.
Además, a esto se suma que su agresor y expareja se salta reiteradamente la orden de alejamiento sin que haya consecuencia alguna. Eva está desesperada, pues teme que pueda volver para terminar lo que empezó aquel día.
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