Microplásticos

Europa prohíbe el césped artificial en todas las instalaciones deportivas para frenar su efecto contaminante

El césped artificial es un gran contaminante y para el año 2031 ya no podrá usarse en instalaciones deportivas.

Imagen en detalle del césped de un campo de fútbol

Imagen en detalle del césped de un campo de fútbolPixabay

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Hace pocas semanas, la Comisión Europea anunciaba la prohibición de la purpurina para frenar el impacto de los microplásticos. A esta medida contra la contaminación se le suma la que ha anunciado en los últimos días: deberán desaparecer todas las instalaciones deportivas de hierba artificial en un plazo de ocho años.

La prohibición del césped artificial tiene el mismo objetivo que la prohibición de la purpurina. Europa se ha propuesto acabar con todos los materiales que emitan grandes cantidades de microplásticos al medio ambiente, muy contaminantes para la atmósfera.

La hierba artificial está hecha de polietileno y se apoya en una base de poliuretano o látex. Debajo, además de una gran cantidad de arena, se oculta un granulado procedente de neumáticos reciclados, que ofrece una gran amortiguación. Aquí radica el problema: este relleno de caucho es el que está en el punto de mira como gran emisor de partículas.

Alternativas al césped artificial

En España hay más de 10.000 campos de fútbol y cada año se construyen o se renuevan alrededor de 400. A esto hay que añadir todas las instalaciones en las que se practican otros deportes sobre hierba como el rugby, el hockey o el pádel, entre otros. Aunque en el deporte profesional predomina la hierba natural, miles de entrenamientos y partidos de ligas amateurs se desarrollan a diario sobre césped artificial.

Este tipo de instalaciones, una vez construidas, apenas tienen costes de mantenimiento. Por ello han tenido una imparable evolución en las últimas décadas en polideportivos municipales y clubes de fútbol. Pero antes de ocho años tendrán que buscar una solución menos contaminante.

Para seguir usando hierba artificial, habría que encontrarse otro material que amortigüe el balón, para sustituir al caucho antes mencionado. Otra solución, por el momento, podría ser la que se usa en equipos profesionales, que utilizan un material híbrido que mezcla césped de plástico con césped natural.

Guerra contra los micropláticos

El caucho contaminante, además de utilizarse en el césped artificial también se utiliza en otros elementos urbanos, como los parques infantiles. Si la guerra de Europa contra los microplásticos continúa, además de la purpurina y la hierba artificial, otros muchos elementos de nuestra vida cotidiana podrían desaparecer.

Aunque ahora parezca muy lejana la década de 2030, se necesita con urgencia encontrar materiales alternativos que sustituyan a los ahora utilizados materiales altamente contaminantes.

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