Longhurst y Salsberry comenzaron a preocuparse cuando escucharon a Sully toser y ahogarse de una manera extraña. Por ello, decidieron no ir a trabajar para llevarlo al veterinario. Sin embargo, el resultado fue que la mascota tenía “cuentitis” y fingía estar enfermo.
Cuando salieron de la consulta, el veterinario les comunicó que Sully se encontraba en perfectas condiciones de salud y que lo único que quería era atención extra por parte de ellos. Ahora, las caras más divertidas de cómo finge el perro se han convertido virales.