Nueva normalidad

El Ayuntamiento de Cangas, Pontevedra, prohíbe el acceso en coche a sus playas a aquellos que no estén empadronados

Aquellos que no estén empadronados en Cangas de Morrazo e intenten acceder a sus playas en coche podrán ser sancionados. Vecinos, personas con segundas residencias y clientes de hoteles dispondrán de tarjetas de acceso.

playas

Publicidad

Las playas de España siguen desarrollando nuevas medidas de seguridad con el objetivo de evitar aglomeraciones y reducir al máximo posible la posibilidad de que se produzcan nuevos rebrotes de coronavirus.

Es el caso del municipio gallego de Cangas de Morrazo, en Pontevedra. Para evitar las aglomeraciones allí han prohibido el acceso en coche a todo aquel que no esté empadronado en la zona, a excepción de vecinos, personas que tengan segundas residencias y clientes de hoteles.

Salvo ellos, que obtendrán tarjetas de acceso, los demás foráneos que quieran disfrutar de las playas de Cangas de Morrazo deberán aparcar sus vehículos y caminar diferentes distancias hasta acceder a ellas.

Un reservado para personas vulnerables ante el coronavirus es otra de las soluciones que se han adoptado en otras playas de España, en este caso en Cádiz.

Todas estas medidas que evitarán aglomeraciones en las playas son tomadas con el objetivo de evitar nuevos rebrotes durante las vacaciones de verano, marcadas por la nueva normalidad tras la crisis del coronavirus.

Publicidad

Cárcel de Morón de la Frontera.

Un interno rompe dos costillas y muerde a un funcionario del centro penitenciario Sevilla II

Los hechos ocurrieron el pasado 30 de agosto, cuando el interno desafió a los funcionarios y posteriormente, agarró del cuello y le mordió el brazo y le dio varios golpes. El afectado ha necesitado asistencia hospitalaria. Desde ACAIP piden soluciones y medidas para hacer frente a este tipo de agresiones.

Prueba de Covid-19

Cinco años después, el COVID persistente sigue sin definición clara y los pacientes denuncian abandono sanitario

La ausencia de una definición común frente a una enfermedad heterogénea y estigmatizada agudiza el sufrimiento de pacientes como Mamerto Moreno, obligados a reinventar su vida mientras reclaman acción científica y apoyo institucional.