Argelia y España

Eduard Soler: "Argelia no está dispuesta a que se le responsabilice de cualquier aumento de inseguridad en España"

La decisión de Argelia no sólo repercute en materia económica, también en terrorismo e inmigración.

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Los últimos movimientos de Argelia buscan un castigo por el cambio de postura del Gobierno español a propósito del Sáhara Occidental, pero también, según los expertos, ejercer presión para llegar a un acuerdo. Al respecto, Eduard Soler, investigador senior de CIDOB, afirma que el problema ahora es "que no parece que haya sido factible por parte argelina entablar ese diálogo político a distintos niveles con el gobierno".

Argelia y Marruecos libran una larga batalla por la soberanía del Sáhara Occidental. Rabat ha ocupado la región del norte de África y la respuesta de Argel ha sido la de apoyar al Frente Polisario, que piden la independencia total de la excolonia. "Mientras los vecinos están peleados, el resto de la comunidad sufre las consecuencias", afirma el experto en relaciones internacionales.

Crisis con Argelia

Esas consecuencias son principalmente económicas y muchos negocios españoles ya las están notando. En este contexto, se calculan unas pérdidas de 2.000 millones de euros que dejarán de ingresar varios sectores, incluido el de la energía.

No obstante, suspender el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación también podría repercutir en materia de terrorismo. "No creo que las autoridades argelinas estén dispuestas a que se les pudiera responsabilizar de cualquier aumento de la inseguridad en España y, por tanto, en la Unión Europea en su conjunto", apunta Soler.

El enfado del gobierno norteafricano también podría tener un efecto directo en la inmigración. De hecho, desde marzo Argelia ha interrumpido la repatriación de sus ciudadanos en situación irregular y en las últimas horas más de un centenar de migrantes, la mayoría argelinos, han llegado a Baleares. En este sentido, el investigador del CIDOB reconoce que "no ha sido costumbre en la diplomacia argelina utilizar las migraciones para mostrar su enfado en las relaciones con Francia, Italia o España".

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