La dura historia de María Luisa Lozano, duerme en un saco en el portal de su casa porque está okupada

La historia de María Luisa le puede pasar a cualquiera. Ella alquiló su piso en Carabanchel (Madrid) en 2014, era una segunda vivienda. Lo arrendó a una mujer búlgara que, desde entonces vive allí con su madre y un hijo.

Pero llegó la pandemia, y la inquilina dejó de pagar el alquiler. Hace dos años que María Luisa no cobra 'ni un duro'. Calcula que le debe más de 20.000 euros.

Acudió a la Justicia, lo denunció, pero la inquilina morosa adujo que no tenía trabajo. El juez, según la ley, y atendiendo a los informes de los trabajadores sociales, declara que pertenece a un colectivo vulnerable y hay que buscarle una solución habitacional que, por ahora, no llega.

María Luisa está desesperada y ha decidido dormir en el portal de su casa. Ella trabaja, es autónoma, lleva dos años durmiendo en casa de amigos o de familiares pero lo que realmente quiere es recuperar su piso.

La comunidad de vecinos la ha denunciado porque los contadores de luz y agua son comunitarios. Se siente abandonada y humillada. María Luisa denuncia que a la inquilina le protege la ley y nadie le protege a ella. Así que, va a buscar soluciones por su cuenta. Una de ellas ha sido la de seguir durmiendo en el portal de su casa, algunos días le acompaña su hijo.

Víctima de la 'inquiokupación'

María Luisa y otros muchos son víctimas de la 'inquiokupación', un nuevo método de okupación: una persona entra de alquiler en una vivienda y va pagando las mensualidades hasta que un día deja de hacerlo. El inquilino ya no es inquilino, se convierte en okupa.

La Plataforma de Afectados calcula que este método es el predominante en nuestro país, con un 70 por ciento de todos los casos.

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